17.11.08



27/01/08
En mi clase de lenguaje del cine nos enseñaron que el cine es un arte eminentemente social. Esto porque consiste básicamente en que un montón de gente se meta a una sala y comparta ciertas reglas tácitas de apreciación. De apreciación quizá, pero no de comportamiento.

En entradas anteriores había manifestado mi deseo de ver esta película, porque siento inclinación por el género de terror, porque me gustan las películas de Guillermo Del Toro y que haya apostado por esta propuesta le daba cierta validez, etc. El caso es que probablemente haya sido una de mis peores visitas al cine.
Hay un pequeño y cuasi perdido cine por el centro de la ciudad a donde Bake y yo solemos ir frecuentemente. Ahí vimos "El hundimiento" y "Munich" cuando parecía que nuestras experiencias cinematográficas se limitaban a lo bélico y también, recientemente, ahí vimos "Soy leyenda". Es curioso porque por lo general las personas en las salas no suelen ser más de veinte, en el mejor de los casos, pero hoy el lugar se encontraba rebosante de gente.
Yo recuerdo que hubo un tiempo en que a los bebés no se les dejaba entrar al cine a menos de que fueran películas infantiles, además de que los padres conscientes no iban a a) meter a su hijo que apenas si logra percibir correctamente el mundo a su alrededor a una película de terror y b) iban a evitarle un mal trago a las demás personas en el momento en que, lógicamente, el bebé comenzara a llorar por cualquier motivo. Pues tal parece que ya no lo hacen, y que además, esas parejas (o madres solteras, yo no sé) huelen mi frustración y deciden sentarse lo más cerca posible de mí. Por otra parte, una pareja detrás de nosotros no podía dejar de hablar durante toda la función haciendo los comentarios más estúpidos al caso. Yo no soy realmente una persona paciente y durante un tiempo fui más presa de la frustración que de un verdadero interés por la película. Todo sea dicho, el cine es una experiencia eminentemente subjetiva cuando uno no puede disfrutar de la proyección sin verse condicionado por elementos externos.



"Mamá, ¿puedo despertar?"

Recientemente hablaba con un amigo a quien no le gustó "El espinazo del diablo" ni "El laberinto del fauno". Yo sé que en gustos se rompen géneros, pero su desprecio por las películas me pareció muy radical. Yo recuerdo que la primera película que vi de Guillermo Del Toro fue "Cronos". Había algo en su visión de las películas que me gustaba mucho y me parecía muy particular, sobre todo para una propuesta mexicana. Un poco de esta cosmovisión se fue estilizando hasta su última película, donde si bien los efectos especiales y la composición visual es mucho más impresionante, la trama me parece mucho más simplificada y estructurada con una cierta connotación fantástica infantil. Más o menos se diría con una composición similar a la de los cuentos infantiles, refiriéndome con ello a los cuentos clásicos y no a la tonta literatura infantil que abunda actualmente.
Algo de ello encontré en esta película que realmente no esperaba, puesto que me la imaginé un poco más arraigada al género de terror. Ciertamente cuenta con elementos suficientes para ser inquietante (los niños siempre me han parecido especialmente propicios para lucir siniestros) sin la necesidad de hacerte saltar de tu asiento cada que un sonido estridente y una figura veloz atraviesa la pantalla. Por otra parte, aunque he de admitir que la película es buena, no terminó por convencerme del todo.

Claro, que para ello expliqué inicialmente mi mala disposición a la película debido al público, así que puede que no esté siendo del todo justa con ella. Y ahora que recuerdo, hay ciertas escenas que me recordaron ligeramente a "Coisa ruim", una película de terror portuguesa que vi hará cosa de un año y que me encantaría conseguir. Solo que en este segundo caso el ambiente me parecía mejor logrado.


Pero bueno, sin sonar dramáticos, reitero que la película en sí misma está bien hecha y hay que darle su merecida oportunidad, claro.

Y como me encanta que me den recomendaciones (aunque no siempre pueda aprovecharlas inmediatamente), en este momento sería más que propicia una película referente a movimientos estudiantiles, o jóvenes simplemente, o crisis generales con incitación a la anarquía. Hay un gran margen, vamos, ¿alguna idea?


































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