6.11.08



09/01/08
A veces uno almacena recuerdos innecesarios. Titulada en español como "La casa de las dagas voladoras" fue, curiosamente, no solamente la primera película que vi de Yimou Zhang (a pesar de haber escuchado numerosas veces antes lo magnífica que había sido "Heroe") sino la primera película que vi con varios amigos: incluso en distintas ocasiones, personas que ahora son muy cercanas a mí compartieron por primera vez una pantalla (y en algunos casos, hasta unas pocas palomitas) mientras veíamos a Ziyi Zhang interpretar una danza ciega que pronto se convertiría en marcial: la primera vez me encontraba escéptica pero no tardé mucho en quedar cautivada por la impresionante belleza visual y la increíblemente precisa música que la acompañaba.



"He sacrificado tres años por ti. ¿Cómo puedes amarlo a él después de sólo tres días?"

A veces siento que paso de un detalle a otro, saltando de películas, como si todo fuera un poco de lo mismo: Ziyi Zhang como una bailarina ciega, como una curiosa geisha cantonesa, como una vecina seductora que no sabe cuando decir adiós; Takeshi Kaneshiro libre como el viento, sordo pasando desapercibido ante el amor de su vida; de una casa con dagas voladoras a una historia contada mil veces por un mismo héroe. Todo ha sido parte de lo mismo, una época similar y un público recurrente.

Ciertamente pareciera que me concentro en el cine asiático y es que no tengo porqué esconder la predilección y la atracción tan fuerte que siento por él, pero la coincidencia de estas entradas ha sido sólo eso: cada película tiene sus razones. Como los inicios.



¿Cuáles son las buenas películas para comenzar?

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