6.12.08



14/02/08
Hace algún tiempo hablaba con /fbrays sobre lo ligeramente frustrante que resultaba el hecho de que, al igual que con la lectura, mientras más películas ve uno, más consciente está de todas las que le faltan por ver. Y ya podríamos referirnos únicamente a películas consagradamente básicas, no digamos consumir cine de manera masiva y desordenada (que no siempre está mal, claro, uno nunca sabe que agradable sorpresa se puede encontrar por allá). Y bueno, más concretamente hablábamos de esos grandes clásicos indispensables que nos faltaba por ver. Porque si uno comienza a sincerarse saltan algunas cosas inexplicables, esas películas que tal parece que todos deberíamos haber visto pero que por una razón u otra aún nos siguen haciendo falta.

Evidentemente no voy a sincerarme demasiado porque tampoco es el caso exponerme ante el escarnio público, siempre me queda la dignidad de ir saldando mis cuentas de manera discreta. Pero sí confesaré que uno de esos clásicos que me faltaban hasta ayer es precisamente la considerada la más importante película de todos los tiempos (a mí siempre me gusta recalcar 'norteamericana' pero tampoco entraremos en tecnicismos): "Ciudadano Kane".



"I don't think any word can explain a man's life"

Esta última semana me sentí como aquel personaje de "Cigarette burns" cuyo trabajo consistía en encontrar películas extrañas e imposibles. Si lo pensamos bien es un trabajo bastante ideal, reune lo mejor de dos temáticas que me gustan: los detectives y las películas. Aunque su final no fue precisamente idílico pero ese no es el punto.
Tenía que conseguir la película puesto que me dejaron analizarla para mi clase de lenguaje cinamatrográfico, probablemente la materia más interesante que llevo este semestre y que saca mi aburrimiento a flote de manera bastante exitosa. Y pensé que ya que tenía que verla necesariamente nunca estaría de más tenerla en mi colección, así que mi primera opción era comprarla.
No voy a mencionar todas las tiendas de la ciudad que recorrí buscándola para encontrarla agotada. Además que también quería aprovechar y llevarme algo de Dario Argento que Ariadna me ha hecho quedar mal al investigar sobre algunas películas de él que yo desconozco. Pero nada, un caso perdido. De ahí pasamos a videocentros y obtuve un resultado bastante similar.
Es frustrante que una película que uno supone debería ser sencilla de conseguir de pronto no aparezca por ninguna parte. Claro que quedaba siempre la opción de conseguirla en internet, pero realmente no me gusta demasiado tener que llegar a ese recurso. Llámenme tradicional.
En fin, mi vida habría sido un caos (al menos académicamente hablando) si no hubiera aparecido mi ángel de la guardia (ahora cinematográficamente hablando) mejor conocido como Ale, de quien había hablado anteriormente, quien al notar mi desesperación, puesto que estaba viviendo temporalmente conmigo, buscó entre sus contactos hasta conseguírmela.
Y luego uno comienza a perder fe en la gente, no, si aún quedan personas con buenas colecciones de películas en quienes confiar, yo sé lo que les digo.
Luego entre que Iván se apareció también por sorpresa por la ciudad, terminamos viendola en la noche. Todo parece apuntar a un final feliz, ¿no?

No voy a comentar nada referente a la película porque está tratado hasta el cansancio, porque probablemente no aportaría nada nuevo y porque no voy a arriesgarme a decir alguna tontería. Amén.
O bueno, más bien como detalles culturales sueltos: pasado un tiempo de película lo primero en lo que pensé fue en mi infancia, sí, recuerdé de pronto un capítulo de los tiny toons (que ahora que los pienso me parecen unos dibujos muy grotescos) en los que parodiaban a esta película. Claro que en ese momento yo no lo sabía y sólo veía como Max Montana (en realidad Iván me recordó ayer el nombre, se nota que está en todo) gritaba "Acme" desde su millonaria y lúgubre torre y después el conejo azul que creo se llamaba Buster, tenía que ir entrevistando a todos sus conocidos para saber el significado de la palabra. Claro que en la película Max estaba vivo, recordemoso que era un programa infantil.
En clase hablamos de todas las nuevas convenciones de lenguaje cinematográfico, viéndolo casi escena por escena y creo que entre todas yo me quedaría principalmente con la mirada de su madre (apenas si aparece unos minutos pero la actriz me cautivó de una manera extraña, y luego gracias a imdb me enteré que se llamaba Agnes Moorehead y que esta fue la primera de 113 películas en las que participaría) y con él mismo, cuando mira a su segunda mujer presentando su forzada ópera.
Aunque ahora que lo pienso Jedediah también tiene escenas interesantes. Esto de las decisiones es tan voluble.

Ah, dije que no diría nada pero no puedo evitarlo: ¿No les encanta esta construcción de un personaje protagónico carente de voz? Todo lo que sabemos de él está filtrado por la visión de una tercera persona. Sin embargo ello no le resta la fuerza increíble que tiene el personaje y por el contrario construye una narración mucho menos obvia que las que se encontraban usualmente en el cine anterior.

Como he dicho, esto de interrumpir mis ánimos de escribir no puede dar buenos frutos. Ahora hemos entrado en cine surrealista y lamento que no tengamos oportunidad de ver demasiados exponentes. Algo tendré que hacer al respecto. ¿Alguna recomendación además del reiterado "Perro andaluz"?


























































































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