20.2.09



11/07/08
La primera vez que leí algún comentario sobre esta película fue en algun blog de aquellos que reseñan las películas que se presentan en distintos ciclos. No recuerdo qué ciclo era ni nada más, en realidad tengo pocas nociones vagas al respecto pero el autor la ensalzaba como algo así como el nuevo renacimiento del cine francés de terror. Su error fue compararla con "Al interior" (película que reseñé anteriormente) y más o menos decir que era tan buena como ella. A los que no leyeron aquella reseña anterior: no me gustó demasiado "Al interior".
Luego, últimamente en algunas películas ha salido esa extraña cintita de "8 terror films to die for" o algo así que no entiendo muy bien a qué conceptos se ajusta. Si es una decisión general o simplemente publicidad engañosa. Eso porque una de esas 8 películas para morir de miedo es "Sin descanso" (que también he reseñado anteriormente). Película que todos aquellos que puedan recordarla será porque fue anunciada como la primera película grabada con cadáveres de verdad. A quienes tampoco leyeron esa reseña: no me gustó nada.
Uno podría creer que a razón de todo esto, no habría ningún motivo por el cuál yo vería "Frontière(s)" (me intriga la razón por la cuál esa s está entre paréntesis), por suerte no soy una persona rencorosa. La vi en cartelera hace poco más de un mes en mi ciudad y algo captó poderosamente mi atención. La sinopsis decía, vagamente, algo como: un grupo de jóvenes escapan de los suburbios franceses (todos sabemos que no se necesita motivo para escapar de los suburbios franceses, claro) y se refugian en un pequeño motel en la frontera donde se encontrarán con una extraña familia (hasta aquí, podría confundirse con cualquier película genérica de terror) pero lo que no saben es que este escape bla bla mucho terror bla bla al descubrir que sus perseguidores son unos neonazis caníbales.
Y esa fue la palabra clave.



"El espíritu es un hueso"

A veces tiene sus ventajas eso de que las películas lleguen muy tarde a algunos lugares. Me quejaba de encontrarme algo atrapada aquí, perdida del mundo civilizado (eh, no exageremos) cuando me encuentro con la grata sorpresa de que mes y medio después de que quitaran "La frontera del miedo" (por si alguien se confundía y pensaba que una película cuyo poster es una mujer desesperada y medio mutilada podía tratarse de un encantador drama; había que agregar lo de 'miedo') en mi ciudad, aquí apenas se encontraba. Claro, en una sola plaza, la más alejada de la ciudad, y en un horario sumamente restringido. Todo tiene su precio.
La verdad es que inicialmente todo me pareció poco original: una protagonista parecida a Martha Higareda, otro que se parecía a Alfonso Herrera o Aaron Díaz, que son el mismo pero con diferentes nombres; inicio necesariamente en los suburbios de París que siempre son conflictivos. E inicialmente la trama parece ir de un "Hostal" a un "La casa de los mil cadáveres" indistintamente.
De hecho, para ser brutalmente sinceros, es quizá bastante parecida a la anteriormente mencionada película de Rob Zombie. Es decir, quizá no por los neonazis caníbales pero el desarrollo es muy similares: cuatro jóvenes llegan a una casa alejada del mundo (¿nadie ha tomado en cuenta mi valiosa moraleja de que la campiña francesa NO es de confianza?) donde una familia muy inusual y perturbadora los hace parte de un jueguillo que los atrapa y luego consiste en irlos persiguiendo y torturando.
Bueno, quizá visto así pueda coincidir con otras muchas películas, pero ya en detalles particulares son muy similares: el primer encuentro entre dos personajes masculinos y las dos mujeres de la casa se ve como éstas les coquetean descaradamente, posteriormente se ve una cena familiar grotesca que se ve irrumpida cuando los invitados delatan precisamente lo bizarro que es todo. Cositas así.
Evidentemente el asunto de los neonazis como algunos detalles técnicos le dan un giro diferente al asunto. Primeramente le da mucho más sentido a todo, o mejor dicho, una explicación. No es simplemente una familia de psicópatas que andan por ahí esperando invitados, sino un grupo que se define por una ideología concreta, aunque sea retorcida y enferma. Eso también permite que uno se acerque un poco más a los personajes y perciba qué es lo que provoca sus distintos tipos de locura.
Quizá uno pueda pasar eso un poco por alto entre tanta sangre, vísceras derramadas y partes del cuerpo destrozadas, pero a mí me llamó particularmente la atención. Especialmente me gustaron dos personajes femeninos de la familia: Klaudia (bueno, creo que es Klaudia, en realidad mencionaron tan poco su nombre), la hermana menor de la familia quien se mantiene todo el tiempo en una actitud defensiva, contenidamente iracunda y hostil, demuestra al mismo tiempo una incapacidad por rebelarse y un odio contra su hermana mayor por sentir que cada uno de sus comentarios (por más irrelevantes que sean) busca humillarla. Y sobre todo, Eva, una joven que luce mucho más pequeña de lo que debería, quien fue secuestrada por la familia y agregada a ella desde niña y cuya mentalidad se ha confundido completamente entre lo que ellos hacen y el grado de aceptación con que lo sobrelleva.
A partir de ahí, aunque claro que a mí me parece buena, el resto se basa precisamente en persecuciones, cosas medio zombies en los sótanos, sangre, muchísima sangre, personas vestidas como carniceros que aparecen inesperadamente, cadáveres, sangre, partes del cuerpo rotas y etc. Así que espíritus sensibles, abstenerse.

Ciertamente este parecido demasiado marcado con la película norteamericana mencionada le quita algunos puntos, sin embargo he de aceptar que es mucho más de lo que me esperaba respecto a ella, sobre todo con las referencias no del todo positivas. Claro que teniendo en cuenta que es precisamente una película que oscila ambiguamente entre el terror-gore y que, aunque maneja con maestría una trama conocida y sencilla, quizá no vaya a ser nada radicalmente revolucionario.
Pero así nos gustan las películas de terror, ¿no?

Me alegra que el cine francés contemporáneo me de razones para seguir confiando en él. Y sobre todo que no se haya asemejado ni remotamente a "Al interior". Oh.

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