21.2.09



30/07/08
Apenas la semana pasada conocí la Cineteca Nacional. No es precisamente cuestión de orgullo admitirlo pero supongo que, como se dice, más vale tarde que nunca.
Salí con Ezequiel, a quien suelo ver casi siempre con intervalos de 6 meses y usualmente terminamos viendo alguna película o perdidos en una exposición con que nos topamos accidentalmente. En cuestión de cines comerciales hay más bien poco que ver aunque "The dark knight" en versión imax era una opción, ya que mi hermano dice que tiene 20 minutos extra.
Al final yo tenía ganas de conocer algún sitio nuevo y resultó una experiencia de lo más interesante, aunque siempre queda esa sensación de no poder ver todas las opciones.
El horario era propicio y ya desde hace bastante tiempo que me habían recomendado esta película y tenía suficientes ganas de verla.



"Sobreviví a una revolución y ahora un romance trivial me estaba matando"

La verdad es que con todo y los deseos, era muy poco lo que sabía de la película, excepto que era francesa y que hacía mucho más tiempo antes había visto un comic o algo así al respecto. Recuerdo que en ese momento me llamó mucho la atención pero la diferencia dialéctica me disuadió de siquiera mirar demasiado al respecto. He de admitir que me esperaba algo considerablemente distinto, una especie de mundo fantástico o por el estilo, lo que sucedió entonces frente a mis ojos fue muy distinto pero no por ello mucho menos agradable.
Cuando llevé las clases de Historia Contemporánea quedó claro la poca atención que a veces le brindamos a países de medio oriente. Toda su historia me parecía tan interesante como la que más, pero completamente ajena. Es cierto que siempre cuesta un poco adentrarse en culturas que son tan distintas a nuestra propia mentalidad.
Marjane nace en Irán durante épocas difíciles, en una familia de ideas revolucionarias y le toca vivir desde pequeña las situaciones más crudas y represivas de su propio país. En un sitio donde es casi imposible manifestar las ideas, especialmente si eres mujer, ella es incapaz de quedarse callada. Sus padres, por su propio bienestar, deciden enviarla a Europa. A partir de ahí su vida se desenvolverá con los cambios lógicos de niña a adolescente, pero siempre marcada por esta sensación de no pertenencia, esta condición originaria que define su vida con una ideología siempre distinta pero que terminará por no ser ni completamente iraní ni europeo.
La técnica de la animación y la narración con cierto dejo de cuento infantil se prestan de manera magnífica a que uno pueda presenciar las situaciones más crudas de una manera casi fantástica, las situaciones se atenuan lo suficiente como para recuperar de ellas el hecho de que sucedieron frente a los ojos de una niña. De manera que no resulta explícito de manera gráfica pero cumple su intención a la perfección.
Toda esta transición, con la que podría sentirse aunque mínimamente identificado cualquiera que se haya encontrado sumergido en una cultura distinta a la suya (aunque no sea de manera tan radical) me recuerda un poco a intenciones de películas como "Lost in translation" que me parece que ya he mencionado anteriormente, no me gustó del todo. Me parece que, a diferencia de este intento de colocar dramáticamente a dos personajes fuera de su contexto, aquí la manera sutil en que no se busca juzgar ni presentar los hechos de manera tan parcial logran la verdadera esencia. Uno sigue los hechos en la vida de Marjane y su país como si fuese un cuento de hadas, de aquellos viejos en que los personajes siempre terminaban sangrando en algún punto y no todos eran del todo felices para siempre.

Como mencioné, una grata sorpresa sin duda, una animación con muy distintas lecturas a pesar de lucir infantil por momentos.
Además que es grato por fin ir tachando un poco de lo que tengo en la lista de pendientes que prometo mil veces que veré y termina por pasar de largo luego.

0 guiños:

Publicar un comentario