23.2.09



09/09/08
Debo regresar al cine, eso es un hecho. Iván me ha encargado como terapia tratar de ver (bueno, él dijo que debía hacerlo, en su lema starwariano 'hazlo o no lo hagas, no lo intentes') una película al día por lo menos una semana. Es como mi tarea de la semana, claro, el problema también es que me deja tareas extras como que debo volver a ver por lo menos la tercera de las películas viejas de Indiana Jones (que no me molesta en realidad porque cuando era pequeña las disfrutaba mucho) y volver a ver "Patch Addams" la cuál sí podría llegar a ser un problema porque me fastidia un poco el abuso de lo sensible en esa película.
Además de tener que conseguirlas claro.
Pero mientras que no he comenzado con dicho propósito, me ocupo de reseñar una de mis películas favoritas indudablemente.



"You can express the spiral through your own body"

Vi la película por primera vez hace ya algunos años, por recomendación explícita de mi hermano, lo cuál jamás puede resultar del todo mal. En general la forma de los espirales siempre me ha parecido de lo más llamativa pero partir de una idea tan simple que a la vez puede tornarse tan siniestra como todo un pueblo atrapado bajo la maldición del espiral, es sencillamente cautivador.
Todo viene a raíz de que, después de tantos años, apenas he conseguido el manga en que se inspiraron para la película. Evidentemente, como suele suceder, el manga es mucho más largo, más detallado y minucioso en lo que sucede, en general tratando de profundizar, en lo posible, en las causas de la maldición y no simplemente resumiéndolas en un caos inentendible como en la película. Incluso se podría decir que la trama de la película abarca únicamente los dos primeros capítulos del manga. Claro, con numerosos guiños hacia todas las demás historias.
Hay algo fascinante en esta adaptación que hace que la película, a diferencia de otros casos, no demerite en absoluto: en lugar de preocuparse por querer abarcar todas las historias, que resultaría imposible a menos de que ocuparas muchas más horas que las establecidas o que las redujeras a su mínima expresión; trata de convertir el cúmulo de emociones que se suceden en el manga a través de un crescendo caótico de todo lo que podría ser contado pero que se resume bajo la misma lógica. Conociendo muchas de las historias de manera más larga no dejan de perder el mérito de ser representadas de manera mínima pero manteniendo una fuerza en conjunto con el resto de la obra que mantiene al espectador atento al increíble número de sucesos grotescos e inexplicables.
Porque resulta increíble concebir la cantidad de situaciones que puedes partir de una premisa tan sencilla como un espiral: el hombre obsesionado con convertirse a sí mismo en espiral, su esposa con una fobia enfermiza hacia las espirales, los jóvenes obsesionados por atención, los rizos en la cabeza de las chicas, los caracoles, quedarse atrapado entre las ruedas de un coche en movimiento, abrir una lavadora de contenido desconocido.
A diferencia del manga, en que las historias van profundizando en nuestro conocimiento sobre la propia maldición, la película apuesta por desconcertarnos por completo, por sumergirnos por completo en un universo que parece real pero que resulta confuso y siniestro, sin que podamos nunca comprender del todo porqué.

¿Qué les puede decir? Si la película de por sí es de mis favoritas, el manga me está encantando del mismo modo, aunque con una técnica de seducción distinta. Para demostrar, por otro lado, que no es tan difícil hacer buenas adaptaciones de comics o novelas gráficas cuando se tiene una buena noción del manejo necesario: entender que es un arte distinto y, como tal, no puedes simplemente querer repetir lo que se hizo anteriormente.
Incluso lo estoy leyendo lentamente, disfrutando cada capítulo, sin ganas de terminarlo ya.

Ni qué decir que la fuerza visual de la película, aunque no cuente con los mejores efectos especiales, es increíblemente cautivadora. Con un excelente plus de pequeños detalles inquietantes que pueden pasar desapercibidos ante una mirada desatenta. ¿Qué tantos espirales puedes encontrar a través de la pantalla?
Me han dado ganas de verla otra vez. Oh.




¿Con qué podrías obsesionarte o te has obsesionado previamente (ya se sabe: formas, números, mensajes cifrados, etc)?
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