16.2.09



24/06/08
La primera vez que leí sobre la película fue mucho tiempo antes de su estreno, en una revista de cine que solía leer por aquel entonces. Recuerdo que se habló sobre el atraso de la película debido a los atentados en metros londinenses y sobre Natalie Portman rapada. En ese momento sabía muy poco al respecto y sólo pensé: Natalie Portman rapada y un tipo con una enigmática máscara sonriente, tengo que verla.
Efectivamente, por aquel entonces Alejandra y yo atravesábamos una fiebre de Portman entonces nos fuimos una tarde cuando apenas habían puesto la película a disfrutarla.
Pero ya me lo había advertido mi hermano: si vas a disfrutarla es sólo porque no has leído el comic.



"Beneath this mask there is more than flesh. Beneath this mask there is an idea, Mr. Creedy, and ideas are bulletproof"

Y tenía razón, claro, como siempre sucede en estos casos: uno siempre disfruta más la película si desconoce su origen. Y luego, claro, lee la obra en que está basada y la disfruta mucho más, pero así todo parece ir bastante positivo. No es lo mismo en los casos, como mi hermano, donde ya has disfrutado el comic plenamente y de pronto te topas con una película que lo acomoda a las necesidades que implica una presentación audiovisual hollywoodense de dos horas. Y la odias un poco, claro, porque cuando uno ama los comics tiende a ser un poco intransigente, aunque sepa que así trabaja el cine.
A Alan Moore es otro al que no pareció gustarle mucho la idea, pero claro, todos sabemos que adora de quejarse de las adaptaciones de sus obras (que en general nunca les han hecho por completo justifica, hay que decir), y que se quejó hasta que lo quitaran de los créditos de la película. De manera que como responsable de la obra gráfica únicamente aparece David Lloyd, el dibujante.

La historia a estas alturas la conocemos todos: en un mundo algo futurista, Inglaterra es controlada por un estado totalitario con todo lo que ello incluye, y claro, en medio de ese control absoluto aparece la figura del terrorista justiciero V (que en una entrevista Alan Moore confesó que originalmente se lo imaginó como un trasvesti que se llamaría La Muñeca) (que seguro que habría sido la onda) quien presenta una defensa casi ideológica ante este Estado. Toma a Evey, la guapa Natalie Portman, como su asistente y la instruye de algún modo retorcido en sus pasos.
La crítica viene principalmente de la interpretación maniqueista de la película: el gobierno es malo, V es bueno, Evey es muy buena. Cuando evidentemente el comic es mucho más complejo que todo eso, los ideales del gobierno tienen un porqué y son representados por personajes que hacen algo más que aparecen en una pantalla negra diciendo dos o tres frases a la ocasión; V es un demente, como toda persona extremista debe ser, y sus ideas son tan utópicas que llegan a ser casi retorcidas, incluso eso le da muchísimo más estilo; y finalmente Evey tiene un contexto muy distinto, mucho más ingenuo y marginal que Natalie y toda la preparación que aparenta en la película.
El comic es mucho más oscuro, inquieta y por lo mismo, seductor, la realidad es más amplia y todos los aspectos que puedan apreciarse en ella tienen sus complicaciones y eso lo vuelve muchísimo más interesante. Pero eso, claro, lo averigüé después.

Por no hablar de la terrible escena completamente fuera de lugar de cuando V aparece quemadito después de los problemas en el campo de concentración donde estaba recluido. No, qué mala escena.

El problema lógico ahora es, claro, que dado que ya leí "Watchmen", no sé muy bien que esperar respecto a su próximo estreno en pantalla grande. Me da un poquito de esperanza su director, pero, eso, sólo un poquito, me sigue resultando difícil imaginar cómo resumirán todo en dos horas más o menos. Sentimientos encontrados, eso es.

He vuelto de nuevo a mi tendencia a revisionar películas pasadas. Eso de no tener tiempo de ir al cine me está comenzando a fastidiar. Ya quiero que terminen estos cursos.

0 guiños:

Publicar un comentario