25.4.09



25/04/09
Ian y Bake estaban emocionados por ir a ver esta película desde que salió el trailer. El cuál a mí no me pareció gran cosa y ya en ese momento me dije que sería una prototípica película de familia adentrándose en la casa embrujada. Aunque debo aceptar que la toma, fugaz y vertiginosa, del joven vomitando ectoplasma era algo impresionante. Además de que hacía un buen poster.
Encima el cuento de siempre 'basada en hechos reales'. Con todo, la verdad que esperaba que Justificar a ambos ladoshubiera algo en la película que la salvara. Aunque sea un poco.



"One bright day in the middle of the night, two dead boys got up to fight. Back to back they faced each other, drew their swords and shot each other. A deaf policeman heard the noise and came and killed those two dead boys"

En ese momento no tuve ganas de investigar pero ahora sé que la película está basado en un libro que aparentemente proclama aquello de 'hechos reales' en el modo más retórico posible. O al menos por lo que leí, su autor dice que debe ser tomado como una obra de ficción.
Eso explicaría porque desde el inicio nos sentimos atrapados dentro de una fórmula. Todo aquel que haya visto "La maldición en Amytville" o similares conocerá exactamente cómo se desarrollan los primeros sucesos: familia aquejada por algún problema grave, el problema grave involucra de algún modo la mudanza, la casa en cuestión es una oferta irresistible, se sabe que dicha oferta oculta algo detrás, el problema grave y la precaria condición de la familia llevan a aceptar la casa con todo y lo que oculte, extrañas cosas comienzan a suceder que todos pasan por alto hasta que es demasiado tarde.
Más o menos es la idea, lo que va variando ligeramente es, claro, cuál es el problema grave y exactamente qué sucedió en la casa para que llegara a conformarse como tal. El inicio como simulacro documental donde la madre se cuestiona pomposamente por qué les suceden cosas malas a las personas buenas no ayuda.
Lo concreto. El problema grave es debido al hijo de la familia, interpretado por Kyle Gallner (a quien he visto últimamente en "Red" y en un capítulo de "La ley y el orden"), tiene un cáncer terrible y deben viajar todos los días al hospital que está en una ciudad a varias horas. La condición precaria se debe a que la familia no gana demasiado como para costear sus tratamientos y además cuidar de sus otros dos hijos, plus, algunos problemillas familiares prototípicos. Las particularidades de la casa es que antes era una morgue y un sitio de rituales con mediums, por si una sola cosa no bastara.
Todo lo demás se desarrolla sin sorpresa, si acaso con el detalle de que los tratamientos experimentales a los que se somete el joven podrían estar ocasionando que tuviera visiones. Claro, de sesiones espiritistas y muertos con marcas por todo el cuerpo que se levantan en la noche, la clase de visiones que todos tenemos. Además de que el joven insiste en dormir en el sótano, junto al sitio donde arreglaban a los cadáveres, no lo pone nada fácil.

La película es predecible, con estereotipos muy marcados, como la madre extremadamente buena que hará todo por su hijo, o el padre que parece bueno pero tiene un pasado algo turbio, o los niños que, claro, juegan escondidas en la casa embrujada. Ah, y el sacerdota con cáncer que tiene conocimientos espiritistas y está dispuesto a ayudar. Todo el paquete.
Hay cosas muy poco convincentes. Comenzando por las actuaciones, de la cuál posiblemente la única que se salva es la del mencionado Kyle (y lo pongo en duda porque siempre tiene la misma expresión de sufrimiento, aunque aquí eso ayude al personaje), y quizá la del sacerdote, interpretado por Elias Koteas (que todos recordamos que es el relojero ciego de la metáfora inicial de "El misterioso caso de Benjamin Button") aunque su papel no requería demasiado. Hay quienes dicen que la madre no se ve tan mal pero a mí me pareció el personaje más plástico, riñendo muy de cerca con los hijos pequeños que parecen drogados todo el tiempo.
Otros detalles poco verosímiles es la explicación de que las personas con cáncer son susceptibles a ver fantasmas porque están más cerca de la muerte. O las condiciones tan rudimentarias pero efectivas en que sucede todo.
Consigue apenas un par de sustos, de los que se ven venir a kilómetros porque la música los enfatiza hasta lo imposible. Y en general las únicas escenas mínimamente bien logradas son exactamente las que vemos en el trailer.

Posiblemente no sea una película mala, o demasiado mala, pero es ver más de lo mismo y sin el menor esfuerzo de agregarle algo.
Eso sí, la escena del ectoplasma sigue viéndose increíble, pero, bueno, para eso me quedaba con el poster.

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