6.8.09



05/08/09
La idea de una película japonesa sobre extensiones de cabello asesinas no podría atraerme más. Y diría que esa simple premisa bastaría para orillarme a conseguir dicha película, pero en este caso, casi como si fuese un regalo con la compra, venía incluída también Chiaki Kuriyama (a quien todos recordamos como Gogo en "Kill Bill") y, aún más, Sion Sono (director de "El club del suicidio", que ya he reseñado anteriormente). Era demasiado bueno para ser verdad.



"What lovely hair you have"

Seguro que muchos pensarían, respecto a la idea de la trama, que los churros de terror orientales están llegando a convertirse en un chiste de sí mismos. Y podrían estar en lo cierto en muchos casos, pero no en lo que concierne a "Hair extensions". Sí, las extensiones de cabello cobrarán vida y asesinarán a mujeres hermosas, como debe ser, pero esa no es razón alguna para desestimar la película en absoluto. Sion Sono se toma su historia en serio y, como tal, debe ser vista en serio.
Eso no quita que gran parte de su fuerza radique en la crítica a ciertos clichés repetidos hasta el cansancio en las producciones asiáticas de terror. Centrándonos concretamente en la cuestión del telarañoso cabello de todos los fantasmas nipones que parece que va creciendo y creciendo con cada nueva película, como si ello resultara garantía de algo. Pero esta crítica no es la típica parodia norteamericana, o una reinvención del concepto como en "Sick nurses". La película se arma con la complejidad y el cuidado que merece el género aunque muchos de los puntos que sustentan la acción sean, a todas luces, absurdos. El trabajo del director es tan cuidado que permite que el discurso funcione en los dos sentidos: que sea hilarante al compararse con las producciones del género pero que pueda apreciarse del mejor modo como película.

¿Cómo justificas una película con extensiones de cabello mortales? Al principio tenemos tres historias que, de a poco, se irán volviendo una sola. Primero, un cadaver extrañamente encontrado dentro de un contenedor, cuyo cabello ha crecido de manera vertiginosa. Luego, un hombre que trabaja en la morgue y que tiene un enfermizo fetiche con el cabello de las mujeres muertas (Gunji Yamazaki debe ser uno de los personajes más desequilibrados y carismáticos que haya visto en este tipo de películas, es tan enfermizo que le da una fuerza increíble a la trama). Finalmente la historia de Yuko, una joven que sueña con ser una gran estilista, tiene un precioso cabello y pronto tendrá que hacerse cargo de su sobrina, quien sufre abuso constante por parte de su hermana.
Y cabello, mucho cabello, hasta que no puedas tolerar más.

El primer guiño guiño es sin duda el nombre del salón donde trabaja Yuko: Gilles de Rais. Parece tan arbitrario que debe estar ahí por una razón.
Tenemos personajes centrales fuertes, una historia absurda que nunca termina de entenderse completamente (lo cuál creo que le queda bien, las justificaciones excesivas no siempre fueron positivas para el género) y asesinatos de lo más extraños. Todo lo que uno espera de esta clase de películas y acomodados del mejor modo.

Lo cierto es que, por otro lado, Sono es un director extraño y que probablemente no sea del gusto de todos. Sin ir más lejos creo que no conozco demasiadas personas que les haya gustado mucho "El club del suicidio" y seguro que a muchas otras "Hair extensions" les parecerá descabellada simplemente.
A mí, personalmente, me encanta. Tiene algo retorcido, algo como maniáticamente cuidado que no puede si no intrigarme. Y esta película no ha hecho más que abrirme el apetito por su filmografía.










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