11.8.09



11/08/09
Originalmente iba a ser una tarde familiar de películas en que veríamos juntos "Iron man". Pero el disco que rentamos venía inleíble y tuvimos que improvisar sobre la marcha. Y como apenas acababa de ver "Crimen ferpecto" me dije, claro, Álex de la Iglesia. Aunque fuese en una producción anglosajona. Y no en su género de comedia. Y con Elijah Wood. ¿En qué momento sonó como una buena idea?
Debió ser John Hurt quien logró convencerme de que no todo podía ser tan malo.



"There's no truth outside of mathematics"

Bueno, supongo que yo me contentaba con que resultara en un thriller matemático decente. Y lo peor es que puede que lo haya sido realmente. La clase de películas que encuentras en la televisión un domingo y te quedas viendo mientras cenas. Pero si uno piensa en que es de Álex de la Iglesia tiene necesariamente qué preguntarse por qué querría hacer una película que no fuese cómica (o que no tuviese, en general, ningún elemento de los que he visto en sus otras películas) y en qué momento pensó que Elijah Wood podría sacar adelante su protagonismo.
Y es que, finalmente, la película es tan thriller normal que se pierde por completo la figura del director, del guionista, de lo que uno podría imaginarse que es la novela original. Ni siquiera John Hurt termina del todo bien parado y eso que es lo más rescatable que tenemos.

Yo sí creo que a Elijah Wood le sentaba bien Frodo. Creo que esas expresiones de perpetuo susto configuraban de algún modo al personaje. Que tampoco es que fuera un gran personaje pero podía imaginarme por qué lo escogieron. Ahora, sospecho que la elección de él como Martin fue completamente arbitraria.
Porque, claro, uno tiene un guión cuyo protagónico es un joven universitario norteamericano que es un genio en las matemáticas y que además parece tener un inexplicable atractivo sexual y piensa: ese chico, el hobbit, claro. Si en general me cuesta creer que como parte de la trama tengamos a un matemático sexy, es todavía más difícil si estamos viendo a Wood, con sus eternas expresiones de perdido.
Terrible, terrible elección. Y bueno, la verdad si nos vamos al mal casting debemos destacar en segundo lugar a una Leonor Waitling que no pintaba nada ahí. Aparece de la nada, trata de hacernos creer que podría tener química con Elijah Wood y luego quiere aparecerse como el gran objeto de deseo de la película. ¿Por qué querríamos ver cualquier objeto de deseo en un thriller matemático?
Además que debo decir que a mí me parece que puede llegar a verse muy bien, hay películas en que la he encontrado muy bella. Pero aquí no había forma de ayudarle: un maquillaje terrible, un corte de cabello que no le favorecía en nada y en general un vestuario que trata de hacerla ver voluptuosa sin lograrlo. Lo peor es que luce terriblemente mayor que Wood, así que nos deja una sensación constante de estarse aprovechando de un menor. Oh. Que tampoco es que le haya sentado mal a Frodo, claro.
Oh, y juntos realizan una de las menos sexys escenas eróticas (o seudo eróticas, supongo, tirando más a sensual) que haya visto en una película. Tengo que spoileárselos, no puedo quedármelo: comer spagetti sobre el torso de tu pareja no es sexy.
Ah, no puedo ni pensar en esa escena.

Luego, bueno, la trama. Por suerte John Hurt ilumina cada escena en la que aparece y suelta un gran monólogo sobre las matemáticas, hasta se nos olvida lo mal que está todo lo demás. Una pena que no lo haga durante más tiempo. Ahora que la relación matemáticas-homicidios se presentá al más puro estilo CSI donde a uno le tienen que estar explicando constantemente las cosas. Como si los dos interlocutores no se acordaran que el otro lo entiende y entonces tuviera que explicarse constantemente, haciendo sentir al público como un montón de tontos incapaces de entender el más simple principio si no tiene ejemplos. Leí reseñas de quienes encontraron la trama muy difícil de seguir pero yo sentí que en realidad la reducen hasta lo más simple de sí misma. Quizá su presentación vertiginosa pueda confundirnos. En general la película termina siendo tan vertiginosa que al final el resultado parece ilógico. Y diría que el peor error de un thriller matemático es ser ilógico.

La resolución de subtramas es terrible (quizá porque a nadie interesaban las subtramas), la conclusión es poco satisfactoria y que Dominique Pinon haga un papel tan sin chiste es triste.

Ahora que, no todo es tan malo como suena, porque si uno va sin pretensiones seguro que al menos se entretendrá. Aunque sea viendo a John Hurt vestido de Guy Fawkes. Adorable.




















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