15.8.09



15/08/09
Ya la había visto un par de veces en el videocentro donde muy de vez en cuando voy a buscar algo. Me llamó la atención tanto como cualquier película que involucre asesinos seriales llama mi atención, aunque estaba por convertirse en otra de esas películas malditas que he rentado por lo menos un par de veces pero que finalmente nunca veo.
Eso hasta que me la topé en oferta junto con una colección de varias películas asiáticas, y descubrí que era del director de "The host" (probablemente de mis películas favoritas de bichos gigantes). Y me dije: no más.



"No necesito evidencia para saber que es verdad"

A todo esto, se supone que está basada en los hechos reales sobre el primer asesino serial de Corea del Sur. O al menos supongo que el primero que se consideró como tal. Esto, por una parte, despertaba muchísimo mi interés (y mi morbo, todo sea dicho) pero al mismo tiempo me daba desconfianza. Creo que en general es difícil representar, con una buena narrativa, ciertas historias de asesinos seriales. Especialmente si fueron casos sin resolver. Ahí tenemos a "Zodiaco", que ni Downey Jr. pudo salvar del tedio.
Pero la desconfianza dura muy poco. Debo decir que la maestría con la que Joon-ho Bong maneja la historia me cautivó completamente. Sin caer en recursos fáciles que acentuaran la violencia de los casos, los diversos sospechosos o los detalles más morbosos de los hechos, consigue conformar un panorama general sobre la situación que se vivía en Corea del Sur por aquellos tiempos.
Es 1986, y creo que resulta por demás sorprendente que apenas en aquel momento se dieran estos violentos crímenes. Mujeres jóvenes, hermosas, que eran encontradas en medio de los campos, con el cuerpo mojado por la lluvia de las noches anteriores, completamente maniatadas, violadas, y finalmente ahorcadas con alguna de las prendas que vestían en aquel momento. Imágenes impactantes pero desprovistas de una carga emotiva más allá de su certeza: toda la fuerza de la película reside en la investigación policial alrededor de los hechos.
La policía local, donde la investigación es dirigida por el detective Park Doo-Man (Kang-ho Song tiene algo extraño que ya me había llamado la atención en "The host" y creo que lo repite aquí, puede ser que me parezca un buen actor y me cautive de una manera mientras me causa rechazo por otra, jo, pero a resumidas cuentas me encantó en su papel), no tiene idea de cómo lidiar con el caso. Siendo una población pequeña y rural donde nunca sucede nada, tratan de esconder los daños del modo más rápido y corrupto que encuentran, en un sitio donde el concepto de justicia es completamente relativo. Si no fuera por la llegada de un detective desde Seoul, encargado de apoyar la investigación con las técnicas más nuevas al respecto.

La cuestión cultural logra darle un toque a la trama que me resulta especialmente particular. A pesar de ser 1986 no cuentan con ninguna tecnología ni conocimientos para llevar a cabo una investigación como la requerida. Pero al mismo tiempo no podemos verlo como si fuese una circunstancia de antaño, no podemos evitar notar que la cercanía es más clara de lo que podría parecer. Y este juego entre la necesidad de evidencia y la imposibilidad de encontrarla lo va cautivando a uno tanto como la imagen escurridiza de ese asesino que parece jamás delinearse claramente. Cuando creemos verlo, entenderlo, acercanos un poco, vuelve a escaparse. Y la desesperación de los detectives que pasan del odio al compañerismo y de vuelta, nos deja a veces con la sensación de que persiguen a un fantasma. A un concepto de violencia y de mal que se ha apropiado del ambiente de la ciudad, de su calma, y de ellos mismos.

No podría decir que sea propiamente un thriller porque me parece que en general, el hecho de atrapar al asesino pasa a un segundo plano y prima la conformación de la ambientación general. Una historia perfectamente trazada, con unos personajes que parecen planos a primera vista y se rebelan posteriormente con una gran fuerza, y sobretodo una narración que atrapará, conmoverá y emocionará al espectador que no sabrá siempre qué esperar del siguiente paso.

Igual e influye el hecho de que yo esperaba una película regular y me encontré con una increíblemente cuidada. Sin duda ha sido una de las mejores sorpresas de las últimas semanas. Deberé considerar ver algo más de Joon-ho Bong después de tan buena carta de presentación.




























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