19.10.09



18/10/09
Ya había leído algunas críticas no demasiado positivas sobre esta última película de Coppola, pero creo que la imagen de Buenos Aires seguía convenciéndome un poco para darle al menos el beneficio de la duda.
Además que el título como que me seduce, no sabría decir muy bien cómo pero tiene su punto enigmático.



"People around here don't know very much about me. I'd like to keep it that way"

Aunque Ford Coppola no es precisamente de mis directores favoritos, hay que aceptar que tiene unas películas excelentes en su filmografía. Así que cuando escuché un comentario posterior que decía algo como "debe ser de las mejores películas del director" no pude evitar pensar que después de "El padrino" y "Apocalipsis ahora" está muy difícil que cualquier cosa les robe lugar en un top.
Como suele suceder, es de ese tipo de películas a las que ya no puedes enfrentarte sin juicios. El nombre del director ya está ahí y a algunos afectará de manera positiva o negativa, y creo que esto también se presenta en las distintas críticas, de los que la odiaron y los que la amaron incondicionalmente.

Yo me quedo un poco en medio. La película comienza con la llegada de Bennie a Buenos Aires, y concretamente al departamento de su hermano Ángelo, quien ahora se hace llamar Tetro (que debe ser de los mejore seudónimos posibles, la verdad). Él joven no ve a su hermano mayor desde hace muchos años y está obsesionado con él, mientras Tetro no tiene ni un poco de ganas de ver a su joven hermano ni a nadie de su familia.
A partir de ahí se va desenvolviendo lentamente, confusamente, una historia familiar siempre contada a medias. Nadie parece conocer a Tetro, ni siquiera Maribel Verdú (digo, Miranda), su novia de cuántos años. Mientras Bennie ofrece una visión muy clara de la familia, nos queda la sensación de que hay muchas cosas a las que no podemos acercarnos. Y entre la insistencia de un hermano que quiere entender su propia historia y el otro que vive atrapado en la suya, nos encontramos con que Tetro son todos ellos, de algún modo.

Primero, Vincent Gallo brilla increíblemente en el papel principal. Le da toda la fuerza al personaje y de alguna manera se estructura como la columna vertebral de la película, aunque muchas cosas sobre él la veamos a partir de los demás. Hace suyo por completo ese papel del hombre obsesionado consigo mismo, con su pasado, por igual con los detalles más simples que con los más sórdidos.
Otro punto es la excelente fotografía, una gran decisión hacerla a blanco y negro porque le da un estilo muy preciso para esa historia velada.

El problema comienza, según yo, porque la película parece dividida en dos grandes bloques. Casi como su fueran dos episodios independientes. Por un lado podríamos decir que la primera parte es algo así como el reconocimiento, la llegada del nuevo miembro y la intromisión al mundo argentino y extraño de Tetro. Ese inicio me pareció enigmático, fuerte, seductor, consigue que el espectador se acerque y quiera seguir acercándose aún más.
Luego hay como una ruptura y viene la segunda parte que para mí fue un poco como "y ahora tenemos que solucionar esto". La segunda mitad, que es un episodio distinto en el intento de Bennie por reconstruir la imagen de su familia, tiene una intensión muy clara de concluir la trama. Que no es que las conclusiones estén mal, que luego me quejo de ellas, pero no siento que tratándose de un asunto familiar uno deba aclarar todos los puntos. Incluso por momentos me pareció de lo más innecesario.
Además, en un intento por hacer evolucionar al personaje de Bennie y poner en el escenario a personajes secundarios, hicieron que gran parte de las circunstancias me parecieran burdas y molestas. Creo que uno espera más adentrarse en la psique de Tetro que ser partícipe de un circo absurdo sobre una novela que consideraba más metafórica que nada.

Luego, algunos detalles. Como Buenos Aires. Hay algo de mítico en Argentina y yo pensé que era la razón por la que Ford Coppola decidió rodar su película ahí. Pero en realidad la ciudad es un dato mencionado al paso, una excusa para que la gente no habla inglés. Es evidente que no es Estados Unidos, pero podría ser casi cualquier otro punto, lo que cambiaría serían detalles.
Y luego, Maribel Verdú. O no ella, claro, porque es una buena actriz y cumple bien con su papel. Pero es la elección de ella. Y sería intrascendente sino fuera porque luego, al hablar de una gran crítica de arte latinoamericano, aparece Carmen Maura. Que tampoco tengo nada contra ella, es una excelente actriz pero ¿por qué no hay actrices argentinas? O ya si no querían argentinas, pues latinoamericanas. Es un detalle quizá absurdo pero precisamente por eso no lo entiendo. Si querían actrices españolas podrían haber rodado la película en España, que para el caso no cambiaba demasiado.

Y bueno, ya expliqué mis sentimientos hacia el final, y es que esa última hora realmente logró que la película terminara por parecerme regular. Como que pensaba en todo lo que había logrado cautivarme, y que me sigue pareciendo muy bien logrado, pero me queda el sentimiento de "pero qué modo de terminarlo...".

Y no sé si es deliberado, o si respondía a alguna necesidad de terminarlo de algún modo, pero para mí las últimas escenas me parecieron mortales. Un modo de fastidiarte la película innecesariamente. Y te dejan ganas de matar al Bennie, que es un odioso.

Y así, supongo que de alguna manera si uno no tuviera el precedente de "lo hizo Coppola" sería más sencillo aceptarla como una buena película con un mal final.


Aunque la sigo considerando digna de ver. Es que Vicent Gallo, jo, pero qué grande es.














0 guiños:

Publicar un comentario