25.1.10



25/01/10
Hace algún tiempo (hace ya mucho tiempo) leía un artículo sobre America Ferrera y todo el lío 'no tengo que cambiar ahora que soy famosa' y me entraron ganas de ver esta película, que fue además su primera incursión en el cine. Aunque, como siempre la dejé tirada hasta el fin de los días, sino fuera porque en una visita de Dulce teníamos ganas de ver una de esas típicas películas de/por/para mujeres. Yo sugerí "Lilja 4-ever" pero la señorita ya la había visto, así que nuestra opción B fue.



"Like my grandmother used to say: 'There's no better dressing than meat on bones'"

No sabía muy bien que esperar, creo que ni siquiera me tomé la molestia de leer la sinopsis. Lo cierto es que el título me sonaba de lo más militante y no estaba muy segura de esperar eso de la película. Evidentemente no lo fue, ya que es, ante todo, una película ligera para disfrutar aunque incite a ciertas reflexiones.
Ana viene de una familia mexicana que trata de insertarse en la sociedad americana pero sin perder sus valores. No sólo tiene que lidiar con una familia que la invade constantemente y que limita su desarrollo personal, sino que se ve constantemente criticada (por no decir torturada) por su sobrepeso. Su madre, sencillamente, no le da vida, y aunque ella es una excelente estudiante con posibilidades de obtener una beca en una prestigiosa universidad (ya está visto que si hollywood te hace fea o gorda, lo mínimo que puede es hacerte inteligente), su familia ha decidido que ella ya está muy grandecita como para comenzar a contribuir en la economía familiar y ponerse a trabajar.
No digamos, después de esto, como está el autoestima de Ana, que con todo trata de mantenerse paciente ante tantos problemas.

La película en realidad es un ensayo personal de los problemas que puede representar una familia, sobre todo las del tipo más conservador e intransigente. Y, para ello, parten principalmente de la cuestión del peso. Que lo cierto es que puede sonar a un tema un poco cliché pero vi bastantes rostros familiares reflejados en el de la madre que no para de repetirle a su hija que es una obesa que no conseguirá marido.
De alguna manera yo sentí un primer problema al ser algo demasiado específico. Puedo equivocarme pero siento que casi todos los problemas representados en la película son muy mexicanos (supongo que podría extenderse a otros países latinoamericanos, pero no estarían en una familia estadounidense). No digo sólo lo del peso porque es claro que es un asunto ya más general, pero en cuestión de tradiciones y ciertos tratos sentí que representaban únicamente a una cierta clase, en este caso de chicanos.

Después de ello también vemos otros temas más adolescentes, como las relaciones y sobre todo el modo en que uno se enfrente a ellas en la lucha con el autoestima. Mucho de la relación con la familia, especialmente el lado más asfixiante de ella, y la cuestión laboral. Todo siempre relacionado un poco con el peso, ya que lo pienso bien, pero supongo que era de esperarse.

Sin duda es una película entretenida para pasar el rato, pero después de plantar algunas situaciones espinosas pasa bastante superficialmente por ellas llegando a una conclusión bastante simple y esperable. Que tampoco es que me imagine un final mejor pero creo que no consigue dar por entero el mensaje moral que venía preparando o que tenía planeado dar desde un principio. Desde el título, vamos.
Eso sí, tiene una escena extraordinaria en el salón de máquinas donde trabaja Ana, planchando vestidos para chicas flacas, claro. Que de hecho sin una es el momento culmen de la película, ya que el final queda un poco sin chiste después de tan buena escena.

Y debo decir que el poster de la película no le hace ni un poquito de justicia a America Ferrera, que es cierto que aquí luce unos kilitos más que en "Ugly Betty", pero en la imagen del cartel la hacen lucir incluso mucho más gorda.
El morbo, claro, el morbo.

Un dato curioso que me pareció sintomático es que, cuando hicieron el casting pidieron que se presentaran chicas con sobrepeso y, creo que como era esperable en nuestra sociedad actual, llegó un número increíble de chicas que evidentemente no tenían sobrepeso pero que sentían que estaban de lo más gordas. Cosas.

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