17.3.10



17/03/10
Ahora, compitiendo bastante de cerca con las peores imágenes que he usado para una reseña. Si de por sí la idea de la película es que tenga mala calidad, encontrar imágenes usables fue toda una odisea. Así que estaba entre este apenas distinguible intento de nave espacial o imágenes completamente fuera de contexto como una mujer sosteniendo una copa de vino. Nadie salía ganando.
Hace poco me puse a buscar falsos documentales viejos, de los que viene esa bella tradición que ahora se pone de moda. Recordaba vagamente éste de mi infancia, cuando los extraterrestres estaban muy de moda, pero apenas conseguía rememorar una o dos escenas.



"Supongo que esperaremos aquí hasta mañana. No quiero morir"

Éste ejemplo es uno de los falsos documentales del estilo (es decir, con una inclinación hacia el terror) que he encontrado. Es del mismo año que "The last broadcast" que reseñaré eventualmente, y unos años anterior a "El proyecto de la bruja de Blair" que puso el género en panorama.
Ahora bien, al igual que este último caso (no puedo hablar por "The last broadcast" porque aún no tengo idea de en qué condiciones se presentó), la idea era, claro, que el público lo tomara como algo cierto. Era una película pensada para la televisión en cuyo caso una familia está tranquilamente reunida frente a la tele y se encuentra con que están pasando un video casero de una familia celebrando el día de acción de gracias. Qué bonito. Pues no, porque luego a la familia le irá terriblemente mal.

Como es cosa del género, parte de una situación bastante simple: esta la familia reunida para la cena del día de acción de gracias y el hijo menor, que se siente un futuro director de cine, se le ocurre irlo grabando todo aunque la cena no es la situación más propicia. Problemas familiares los tenemos todos, pero que la luz se vaya misteriosamente en tu casa y cuando sales a investigar te encuentras alienígenas en tu patio que luego trataran de matarte, no. Encima de todo la reunión es en una de las típicas casas campiranas (mortales) que se encuentran a mitad de la nada y que te ponen a completa merced de tus interplanetarios acechadores.
La familia se encierra y vemos durante el resto del tiempo cómo todo se va al diablo. Literalmente.

La propuesta está bien, es decir, nadie ha pedido tramas muy elaboradas para este tipo de películas, pero algunos detalles de la realización hacen que el proyecto luzca muy ingenuo ya viéndolo a estas alturas. Digo, estoy segura de que en mi infancia no me dejaba dormir la idea de que unos extraterrestres llegarían por la noche a hacer horribles experimentos conmigo, pero en general todo el panorama de ciencia ficción no ayudaba demasiado. Y algunos elementos quedan un poco torpes mirándolos ahora: la revelación tan temprana de los extraterrestres (como en el minuto diez, cuando deberían estarnos creando tensión y ocultando el bajo presupuesto), la concepción visual tan estereotípica de los marcianitos verdes, el intento desesperado porque los actores luzcan naturales en personajes que se van encasillando en un patrón muy limitado, la idea absurda de que los extraterrestres van a ir a molestarte cuerpo a cuerpo cuando deben tener un montón de aparatitos cool dentro de su nave. Etc.
E incluso todo ello sería meramente anecdótico (como cuando vemos una película de terror muy vieja que sencillamente ya no da miedo) sino fuera por los oportunos cortes comerciales. O lo que es decir, esos momentos en que cortan la cinta para que un "experto" (que entiendo los que son expertos de video o investigadores, pero luego se cruzan algo como un músico o un director de cine que poco tendrían que apuntar a un video supuestamente real) nos diga cuán real es la cinta y por qué debemos estar muy asustados. Como si fuéramos incapaces de darnos cuenta que, no es agradable ser acosado por extraterrestres, tan sencillo como eso.
Aunque leí que Dean Alioto, el director, recibió muchas quejas al respecto pero que él realmente sólo se encargó de la parte del video neto, que toda la edición posterior fue idea de la cadena televisiva que no encontraba suficientemente shockeante la idea.

A estas alturas, con todo, queda más bien como una película anecdótica, con una buena idea que no funciona mucho más. O más bien, que no produce el mismo nivel de tensión que se esperaba de aquella época. Algo muy distinto a lo que sucedería con "El proyecto de la bruja de Blair", sin duda.




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