13/05/10
Miraría hasta el cansancio todas las películas que tuvieran que ver con Erzebeth Báthory, y probablemente sufriría con todas ellas. Después de ver "Bathory", la superproducción de Europa del Este, me planteé si confiaría en una versión norteamericana (bueno, bueno, francesa-alemana). De todos modos me arriesgaría eventualmente, oh, así que hubo que darle una oportunidad a Julie Delpy.
"Esta es la historia de la Condesa Erzebet Bathory. No exactamente como la recuerda la historia, sino más bien como la recuerdo yo"
Bajo tal aviso en los primeros minutos de la película, uno queda alertado de que lo que menos debe esperar de la trama es fidelidad. La historia de Bathory todos la conocen, en mayor o menor medida, como la de "La condesa sangrienta", una noble húngara que durante una época difícil para su país se dedicó a desangrar doncellas. Bello. Ahora, parece que todos están interesados en retomar la figura de esta mujer de un modo bastante predeterminado: a través de la justificación. Si en "Bathory" la condesa hacía todo por amor (el amor de Caravaggio, háganme el favor), aquí más o menos seguirá una línea similar, aunque con una estética bastante distinta.
En esta producción, en lugar de intentar darnos todo el amplio contexto de la vida de la condesa, se centran de manera bastante específica en un periodo posterior a la muerte de su marido y hasta su juicio. Todo esto porque se supone que nos enteramos de su situación a través de la revisión de Istvan Thurzo, su joven amante que recuerda todo lo que sucedió desde que se conocieron. Así, una vez más la figura del amante, parece un intento por convencernos que, después de todo, la condesa no era tan mala persona, si es que podía amar a otra persona. Ajam.
Bueno, aunque la idea es un poco más amplia, la línea a seguir en la película es que ella, una mujer sola que tiene que llevar las riendas de sus propiedades, es fácilmente manipulada por la gente a su alrededor y un poco sus sentimientos. Se enamora del joven Istvan a pesar de que esa relación parece no tener futuro por cuestiones políticas, y dada la diferencia de edad se obsesiona con su físico cada vez más marchito. O algo así. Y también, de manera bastante casual, se convence de que la sangre de jóvenes vírgenes es el único remedio para arreglar su deteriorado cutis.
La ambientación y todo lo que la compone en aspectos técnicos está increíblemente cuidada. Nada de efectos como de fiesta de disfraces, aquí verdaderamente tenemos la sensación de sumergirnos en una época con tintes casi medievales. No podría hablar de las particularidades húngaras porque tampoco estoy segura de la completa fidelidad en ello, pero sin duda que no hay un sólo motivo de queja respecto al aspecto visual de la película. Incluso la propia Julia Delpy, que no me parecía particularmente indicada para el papel (pero, vamos, que si eres la directora puedes hacer lo que quieras), se ve bastante bien enfundada en la piel de una noble oscura.
Incluso la historia hace el intento por darle una profundidad adecuada a la figura de Bathory, en pequeñas escenas en que se habla de sus arranques de ira, en el control de su propio poder y en sus obsesiones. Aunque son sugerencias sutiles que tampoco se consiguen del todo porque lo que prima por sobre todas las cosas es que ama a un chamaquito y por eso la obsesiona su juventud. Creo que parte de no ahondar lo suficiente viene también del terrible manejo del papel de Darvulia, quien fuese su bruja de cabecera y que aquí queda reducida a una mujer joven, medio perdida, que está cegada por su amor a la esencia pura de la condesa. Ajam, porque tampoco podíamos pasar por alto las connotaciones lésbicas, claro, aunque la condesa no le haga caso a la pobre. En fin, que una vez más en un intento de mostrar a la mujer antes que al mito, pasamos por alto detalles bastante básicos. Diría que el primero es su papel político en la época, cuestión que abordaba bastante más en el caso de "Bathory" y que aquí queda bastante pobre, como que tenía tierras y ya. Y sin duda, es terrible que se pase sencillamente por alto el hecho de que mató centenares de doncellas. Centenares. Y sí, hay referencia a su crueldad, a la sangre de las jóvenes, y a que estaba medio loca, pero el modo en que es presentado trata de dejarlo como algo secundario, como un: "pero estaba enamorada...". Ese intento desesperado que quiere vendernos a una mujer amante que lleva su amor a las últimas consecuencias. Pues, estoy segura de que en dicho caso, unas 600 chicas desangradas hasta la muerte y cosas peores, siguen siendo bastante fuera de contexto.
Y encima de todo, probablemente lo peor siga siendo Istvan, terriblemente encarnado por Daniel Brühl, a quien no se le puede quitar la cara de niño tonto. Y es que primero nadie se cree que una se vaya a enamorar de él a primera vista, y aún así, tanto por su aspecto como por su actuación, nos da la sensación de que el papel le queda grande. Es decir, si querían poner a alguien con cara de niño para recalcar la diferencia de edades, pues supongo que se entiende, pero no deja de ser una terrible elección. Al parecer se había considerado originalmente a Ethan Hawke para el personaje y aunque es un actor que no me gusta demasiado, creo que le habría quedado mucho mejor. Sí, hay una diferencia de 8 años entre ambos pero creo que incluso para la época sólo hubiese sido necesario enfatizar que Istvan estaba comprometido con una mujer muchísimo más joven, como era costumbre. Y, bueno.
También parece que habían pensado en mi amada Radha Mitchell para el papel de Darvulia y me alegro que no lo haya hecho porque, como mencioné, no creo que el enfoque de ese personaje fuese salvable. Aún cuando Anamaria Marinca no lo hace mal y hasta podría decir que le queda un poco la cara de bruja. Oh.
Podría decirse que es una película interesante si uno busca nada más un drama medio siniestro de época, porque está bastante cuidado y supongo que a alguno podría gustarle el cuento de "un amor que llevó a consecuencias horribles". Pero está claro que si uno espera la figura de Báthory de manera más o menos fiel, no encontrará nada demasiado agradable.
¿Película favorita sobre algún personaje histórico oscuro?
Miraría hasta el cansancio todas las películas que tuvieran que ver con Erzebeth Báthory, y probablemente sufriría con todas ellas. Después de ver "Bathory", la superproducción de Europa del Este, me planteé si confiaría en una versión norteamericana (bueno, bueno, francesa-alemana). De todos modos me arriesgaría eventualmente, oh, así que hubo que darle una oportunidad a Julie Delpy.
"Esta es la historia de la Condesa Erzebet Bathory. No exactamente como la recuerda la historia, sino más bien como la recuerdo yo"
Bajo tal aviso en los primeros minutos de la película, uno queda alertado de que lo que menos debe esperar de la trama es fidelidad. La historia de Bathory todos la conocen, en mayor o menor medida, como la de "La condesa sangrienta", una noble húngara que durante una época difícil para su país se dedicó a desangrar doncellas. Bello. Ahora, parece que todos están interesados en retomar la figura de esta mujer de un modo bastante predeterminado: a través de la justificación. Si en "Bathory" la condesa hacía todo por amor (el amor de Caravaggio, háganme el favor), aquí más o menos seguirá una línea similar, aunque con una estética bastante distinta.
En esta producción, en lugar de intentar darnos todo el amplio contexto de la vida de la condesa, se centran de manera bastante específica en un periodo posterior a la muerte de su marido y hasta su juicio. Todo esto porque se supone que nos enteramos de su situación a través de la revisión de Istvan Thurzo, su joven amante que recuerda todo lo que sucedió desde que se conocieron. Así, una vez más la figura del amante, parece un intento por convencernos que, después de todo, la condesa no era tan mala persona, si es que podía amar a otra persona. Ajam.
Bueno, aunque la idea es un poco más amplia, la línea a seguir en la película es que ella, una mujer sola que tiene que llevar las riendas de sus propiedades, es fácilmente manipulada por la gente a su alrededor y un poco sus sentimientos. Se enamora del joven Istvan a pesar de que esa relación parece no tener futuro por cuestiones políticas, y dada la diferencia de edad se obsesiona con su físico cada vez más marchito. O algo así. Y también, de manera bastante casual, se convence de que la sangre de jóvenes vírgenes es el único remedio para arreglar su deteriorado cutis.
La ambientación y todo lo que la compone en aspectos técnicos está increíblemente cuidada. Nada de efectos como de fiesta de disfraces, aquí verdaderamente tenemos la sensación de sumergirnos en una época con tintes casi medievales. No podría hablar de las particularidades húngaras porque tampoco estoy segura de la completa fidelidad en ello, pero sin duda que no hay un sólo motivo de queja respecto al aspecto visual de la película. Incluso la propia Julia Delpy, que no me parecía particularmente indicada para el papel (pero, vamos, que si eres la directora puedes hacer lo que quieras), se ve bastante bien enfundada en la piel de una noble oscura.
Incluso la historia hace el intento por darle una profundidad adecuada a la figura de Bathory, en pequeñas escenas en que se habla de sus arranques de ira, en el control de su propio poder y en sus obsesiones. Aunque son sugerencias sutiles que tampoco se consiguen del todo porque lo que prima por sobre todas las cosas es que ama a un chamaquito y por eso la obsesiona su juventud. Creo que parte de no ahondar lo suficiente viene también del terrible manejo del papel de Darvulia, quien fuese su bruja de cabecera y que aquí queda reducida a una mujer joven, medio perdida, que está cegada por su amor a la esencia pura de la condesa. Ajam, porque tampoco podíamos pasar por alto las connotaciones lésbicas, claro, aunque la condesa no le haga caso a la pobre. En fin, que una vez más en un intento de mostrar a la mujer antes que al mito, pasamos por alto detalles bastante básicos. Diría que el primero es su papel político en la época, cuestión que abordaba bastante más en el caso de "Bathory" y que aquí queda bastante pobre, como que tenía tierras y ya. Y sin duda, es terrible que se pase sencillamente por alto el hecho de que mató centenares de doncellas. Centenares. Y sí, hay referencia a su crueldad, a la sangre de las jóvenes, y a que estaba medio loca, pero el modo en que es presentado trata de dejarlo como algo secundario, como un: "pero estaba enamorada...". Ese intento desesperado que quiere vendernos a una mujer amante que lleva su amor a las últimas consecuencias. Pues, estoy segura de que en dicho caso, unas 600 chicas desangradas hasta la muerte y cosas peores, siguen siendo bastante fuera de contexto.
Y encima de todo, probablemente lo peor siga siendo Istvan, terriblemente encarnado por Daniel Brühl, a quien no se le puede quitar la cara de niño tonto. Y es que primero nadie se cree que una se vaya a enamorar de él a primera vista, y aún así, tanto por su aspecto como por su actuación, nos da la sensación de que el papel le queda grande. Es decir, si querían poner a alguien con cara de niño para recalcar la diferencia de edades, pues supongo que se entiende, pero no deja de ser una terrible elección. Al parecer se había considerado originalmente a Ethan Hawke para el personaje y aunque es un actor que no me gusta demasiado, creo que le habría quedado mucho mejor. Sí, hay una diferencia de 8 años entre ambos pero creo que incluso para la época sólo hubiese sido necesario enfatizar que Istvan estaba comprometido con una mujer muchísimo más joven, como era costumbre. Y, bueno.
También parece que habían pensado en mi amada Radha Mitchell para el papel de Darvulia y me alegro que no lo haya hecho porque, como mencioné, no creo que el enfoque de ese personaje fuese salvable. Aún cuando Anamaria Marinca no lo hace mal y hasta podría decir que le queda un poco la cara de bruja. Oh.
Podría decirse que es una película interesante si uno busca nada más un drama medio siniestro de época, porque está bastante cuidado y supongo que a alguno podría gustarle el cuento de "un amor que llevó a consecuencias horribles". Pero está claro que si uno espera la figura de Báthory de manera más o menos fiel, no encontrará nada demasiado agradable.
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