28.6.10



28/06/10
Sobre filmografías de directores que sé que tengo que ver, Shinya Tsukamoto ocupa un lugar especial. Hasta el momento me ha encantado todo lo que ha hecho, incluso aquello que en una primera visión me pareció un poco más confuso que contundente ("Vital", te hablo a ti). Y eso que aún me faltaba enfrentarme a sus clásicos, iniciando, indudablemente, con "Tetsuo", su primera y más grande película.



"Soon even your brain will turn into metal. Let me show you something wonderful. A new world"

¿Qué se necesita para hacer una película de lo más casera, con una trama bastante mínima en acciones, que se convierta en un fenómeno cultural? "Tetsuo" es, a estas alturas, LA película de cyberpunk japonés. Y probablemente el inicio del temor hacia las máquinas que luego permearía en tantas otras películas del género (y otros géneros).

La idea ya le rondaba a Tsukamoto desde su cortometraje anterior, "The phantom of regular size" (debo confesar que adoro ese título), de la cual hablaré probablemente mañana. Quizá suene a que hubiera sido mejor mirarlas en orden cronológico pero estoy convencida de que a fin de cuentas resultó mejor. Probablemente "The phantom of regular size" me hubiera predispuesto a ciertas ideas que no se aclaran del todo en "Tetsuo", porque es una película que no está para aclarar nada, bordeando magníficamente los límites casi del surrealismo.

De tal modo lo que se puede decir para tratar de explicar la trama es todo muy vago: tenemos un hombre con un trozo de metal atravesado en su cuerpo, un hombre que poco a poco se va convirtiendo en máquina. Por otro lado tenemos a una pareja que ha estado involucrada en un accidente de auto (cuyos detalles desconocemos) y que parece que encontraron también un extraño aparato cuya función desconocía. El hombre también comienza a convertirse en una máquina, cuya tecnología sin duda no será del todo compatible con su más que orgánica pareja. Los hombres-máquina eventualmente tendrán que enfrentarse.

Lo cierto es que la construcción de una máquina humana con recursos mínimos podría sonarnos a la más absurda de las series B. Y en cuestión de presupuestos es posible que pudiera acercarse al término, pero no en estética. Si algo tiene Tsukamoto, y que lo caracterizará magníficamente desde entonces, es una estética única, inquietante, la recreación de una atmósfera enrarecida, secuencias casi oníricas que se vuelven pesadillas inexplicables. El temor que se manifiesta en diversas partes de "Tetsuo" no provienen de un hecho concreto, de una situación particular, de una trama establecida. Cada trozo de metal, cada plano en blanco y negro, cada mirada perdida de lo que va dejando de ser humano, todo eso representa el miedo. Un miedo abstracto y tangible: la tecnología como concepto platónico, la máquina como realidad inmediata.

De resto, no es que nada se nos quiera explicar, no es que valga demasiado la pena querer entender detalladamente lo que sucede. Lo que Tsukamoto hace, llanamente, es abrirnos las puertas a su mundo, a su complejo, oscuro y extraño mundo. Y marcará también un momento, una cinematografía y todo un universo visual que sin duda será crucial tanto para Japón como para tantos otros directores posteriores.

Me sigue hechizando, no estoy del todo segura de cómo lo hace con películas tan dispares como parecidas. Y a pesar de que muchos digan que se ha ido distanciando un poco de sus primeras narrativas, a mí todavía no me ha tocado decepcionarme. Aunque su última entrega de "Tetsuo", la tercera, apenas del año pasado, no tuvo tan buenas críticas como sus anteriores proyectos. Habrá que ver.
Aunque primero tengo que pasar por la segunda parte, claro.


Y me encanta aún más como antagonista. ¿Quién más si no él?




¿Película favorita de Tsukamoto?




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