2.12.10


02/12/10
Ya he dicho antes que tengo una cuenta pendiente con Haneke, o mejor dicho por las varias películas que me faltan de ver en su filmografía. De modo que cuando mi hermano creyó bajar una versión de "El castillo" un poco más antigua y resultó que no, que era la del 97 dirigida por el mencionado director, fue como si me lo hubieran puesto en bandeja de plata.



"Klamm isn't waiting for a message, just the opposite, my coming will irritate him"
Tengo la idea de que muchas personas tienen una idea no demasiado exacta de Kafka. Probablemente una idea muy "Metamorfosis" y de un absurdo como concepto general. Entre ellos mi hermano, quien seguro esperaba algo muy distinto de una adaptación de una novela del autor. Haneke, por otro lado, sí que tiene una idea exacta de lo que constituye Kafka y hace probablemente la adaptación más fantásticamente literal que hubiera podido imaginarme sobre dicha obra. Por un lado porque en realidad es demasiado literal, y por otro porque la decisión de ciertos detalles que la narración dejaba completamente libres no eran exactamente los que yo me hubiera imaginado al leer pero en el momento en que los veía me parecía que sí, que eran perfectos para representar la situación.

K., que no podría haber sido mejor encarnado que por el gran Ulrich Mühe, llega a una pequeña población alemana perdida de la mano de dios por un trabajo como agrimensor, y se encuentra que nadie está al tanto de ello y, peor aún, que no tiene modo de acceder al Castillo donde teóricamente debería encontrarse con aquel que lo contrató en primer lugar y quien sería capaz de arreglar todo el asunto. A partir de ese momento su presencia resultará por completo fuera de lugar para la gente del pueblo, mientras que él se dedicará obsesivamente a perseguir las figuras del Castillo, en espera de que todo tome el lugar que le corresponde.

"El castillo" no es esencialmente una obra surreal aunque a muchos pueda parecerle. De hecho todo el desarrollo es estrictamente realista con el ligero detalle de que todos los personajes proceden de maneras extrañas. Comenzando por el propio K. y su fijación desesperada por creer que todo tiene una solución.
Ya la propia obra nos hablaba de un absurdo bastante cercano al sistema burocrático en que todos nos movemos. Esa imposibilidad de que las cosas tomen un curso lógico de acción y que las lleva, por el contrario, a desviarse de formas imposibles hasta puntos, eso, absurdos. También tenemos ese absurdo en las figuras imposibles del castillo, encarnadas principalmente por Klamm, el hombre con quien K. trata de entrevistarse en múltiples ocasiones de manera infructuosa. Este conjunto de pueblo regido por normas atípicas, el hombre desesperado por la lógica y la figura imposible que sería la única capaz de poner orden, conforman de manera fantástica tanto la obra literaria como la película, que en ambos casos termina también de forma abrupta y que si bien en el caso de la novela se trata de una interrupción más en norma, en el caso de Haneke la coloca en el punto de adaptación puntual y completa de la obra literaria.

Me parece que no he visto antes otra adaptación de Kafka, y aunque me da bastante curiosidad ver una aproximación a "La metaformosis", también es que me provocaría bastante recelo. Por ello resulta aún más sorprendente el modo en que el estilo y sobre todo la ambientación que Haneke imprime en sus películas y que es tan característica de él, parece complementarse perfectamente con el estilo literario del autor checo. De modo que uno puede ver en la película los rasgos usuales del director, pero también la influencia clara del escritor, conformando una obra magnífica. Me hace pensar, por otro lado, en la combinación Cronenberg-Burroughs que me parece igualmente atinada.

Lo cierto es que la película no es para cualquiera, de hecho creo que podría resultar increíblemente aburrida y sin sentido para personas que no estén del todo familiarizadas con la obra de Kafka (o no gusten de ella, claro). Para los que sean fanáticos de otras obras del director no estoy muy segura de cómo lo tomarán, si les parecerá más un pequeño ensayo de estilo o si podrán sumergirse en la propuesta extraña que presenta. Y siempre queda la posibilidad de que si uno disfruta el absurdo se encuentre con una grata sorpresa. O no. De modo que tomar la grandilocuente reseña con bastante preocupación.

Lo que no está de más decir, de nuevo, es que me encanta ver en pantalla a Ulrich Mühe. Qué pena que haya que tenido que morir tan joven.




¿Película favorita de Ulrich Mühe?

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