7.3.11


07/03/11
Ya había comentado muy fugazmente esta película cuando hablé de su recientemente remake: "A woman, a gun and a noodle shop". Se trata además de la primera película dirigida por los hermanos Coen, para hablar de personas con grandes operas primas.



"If you point a gun at someone, you'd better make sure you shoot him, and if you shoot him you'd better make sure he's dead, because if he isn't then he's gonna get up and try to kill you"
El thriller es un género engañoso. Se hacen tantos y pasan por tantos tipos de calidad que puede resultar difícil hacer uno verdaderamente destacable. Pero entonces vienen los Coen y nos dan una verdadera lección de lo que es un gran thriller y un gran guión.

Julian Marty, dueño de un bar y con aparentes problemas de control de ira, contrata a un investigador privado para seguir a su mujer, Abby, y descubrir que está teniendo una aventura con uno de sus empleados, Ray. Sin saber exactamente cómo remediar las cosas decide hacer lo que todo marido traicionado y con problemas de control de ira suele hacer: contratar al mismo detective privado para que mate a la infiel pareja. Pero incluso los tratos más sencillos pueden salir mal cuando cada uno de los personajes actua moviéndose siempre por intereses personales y volviendo más y más compleja la trama.

La historia podría sonarnos no demasiado particular, y es cierto que películas que involucren esposos o esposas engañados, y detectives privados e intentos de homicidio tampoco es que sean de lo más raras. Y la verdad es que parte del encanto de "Sangre fácil" es que se mueve alrededor de una estructura bastante clásica y conocida, y la lleva hasta puntos inimaginables. Con un guión sólido y excelentemente bien planeado, nos vemos entre una serie de intrigas, malentendidos y personajes oscuros como si todo en esa atmósfera de engaños pudiera atraparnos. Si a eso le agregamos unas actuaciones excelentes (que parten en general de una gran elección de actores, algo que sabemos que siempre les ha quedado bien a los Coen) nos encontramos con una película fantásticamente bien construida y en general con un admirable representante de su género.

Es fantástico ver a Frances McDormand, quien interpreta a Abby, tan jovencita y sobre todo representando un papel tan alejado de los que solemos verla actualmente. Me pareció una decisión tan curiosa como efectiva, ya que de algún modo ella vienen siendo algo así como la femme fatale de la trama cuando no lo representa de ningún modo (tanto en el aspecto físico como en los rasgos de personalidad de su personaje), y sin embargo termina por serlo de un modo u otro. De un extraño modo u otro. Además que siendo el personaje aparentemente más débil de la historia (como buena mujer frágil temerosa de su marido loco) se revela en realidad como una figura increíblemente sólida.
El trío de personajes principales se completa con Dan Hedaya como el esposo celoso, quien actua tan bien que ni siquiera necesita tener una escena explícita de violencia para que todos nos convenzamos de que efectivamente está loco y podría hacer lo que sea necesario. John Getz como el amante, que si bien puede que sea el personaje que menos luce tampoco nos cuesta entender por qué una mujer dejaría a su marido por él, además que son sus acciones las que suelen permitir que la trama avance y se complique a cada paso. Y finalmente M. Emmet Walsh como el investigador privado vulgar y sin escrúpulos, quien tampoco necesita hacer demasiado para que todos entendamos lo lejos que puede llegar su personaje.
Dicho esto creo que también tendría que enfatizar que algo que siempre me ha parecido destacable de las películas de los Coen (no sé si diría en todas sus obras recientes, pero dejémosle que en al menos en las más icónicas de sus producciones) es que son capaces de construir personajes complejos y verosímiles sin necesidad de llenarnos de datos sobre ellos ni escenas constantes que reafirmen quiénes son. Simplemente se colocan en la trama y comunican justo lo que deben comunicar y del mejor modo.

Está claro que si la ponemos junto a su remake no hay modo de que pueda hacérsele justicia por entero (y eso es lo que han pensado muchos porque la revisión de Yimou Zhang no tuvo las mejores críticas), sin embargo mucho tiene que ver con que es tan buena película que en general sería difícil que cualquier remake quedara bien parado junto a ella. Yo sigo creyendo que el esfuerzo de Zhang no fue del todo malo, pero lo dicho, los Coen llegaron tirando la puerta con esta opera prima.




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