27.8.11


27/08/11
Con Ezequiel casi tengo una tradición de ir a la cineteca una vez al año. Siempre escogemos por disponibilidad de horario y casi nunca tenemos idea de lo que veremos. "Alamar" la conocía de oídas porque en el Festival de Morelia del 2009 ganó el premio del jurado y de películas en competencia. Y nos tocó.



"Yo no me siento viejo. Viejos son los caminos y todavía los recorremos"
Temía un poco que fuese una película que abusara de su condición de 'cine de arte' y pudiese resultar lenta y pesada porque quizás no estaba en las mejores condiciones para ello. Pero lo cierto es que no tenía idea de qué esperar más allá del póster que presentaba la misma imagen que ven aquí. Comenzamos con una serie de videos e imágenes de recuerdos pasados mezclados con voz en off en que dos personas, una pareja que ha terminado después de años, explica las condiciones de su unión: ella una europea de viaje en México, él un nativo puro de Quintana Roo. Luego, el hijo, Natan, y la imposibilidad de conciliar sus mundos. Antes de que su madre decida regresar a Italia y llevarse con ella a su hijo, el pequeño Natan de unos 7 u 8 años, va a pasar un último verano en compañía de su padre y su abuelo.

La película consigue mezclan el concepto del documental para narrar una historia con su propia retórica. Cada uno de los personajes representa su propio papel: dos generaciones de hombres acostumbrados a vivir por y desde el mar, tratando de acercar al más joven de ellos, de sumergirlo en las que van a ser sus raíces para siempre, sin importar lo lejos que se vaya. Presentarle un mundo que es suyo y al que quizás no pueda regresar.
Los 70 y tantos minutos de metraje transcurren alrededor de las actividades que comparten los tres hombres, entre la cotidianidad y la poesía: el arreglo de su pequeño hogar marino, la pesca, la preparación de la comida, la convivencia con otros pescadores, los juegos, el aprendizaje sobre los animales del lugar. El lazo común e íntimo que comparten un padre y su hijo (en dos generaciones distintas) aunque dicha comunión no pueda durar.

Aunque podría sonar que precisamente la película se acerca a ese tono que pretendía evitar, debo decir que ni un minuto de la película se siente pesada o lenta. A pesar de no contar con una narración determinada por los elementos de acción, consecuencia, problemática, giro final; vamos siguiendo el desarrollo entre los hombres, en medio del mar, como si presenciáramos tangiblemente el surgimiento de algo. Indefinido e inclasificable, algo que sólo sospechamos. A eso le sumamos una interpretación de lo más natural por parte de los protagónicos (cuántas veces un documental no se ha arruinado un poco por la incapacidad de los participantes de verse del todo convincentes mientras son grabados por una cámara), un inmenso carisma de los tres, una fotografía bellísima y unas locaciones todavía mejores. Esa esencia pura y recóndita de Quintana Roo, esa sensación de un Caribe íntimo y cotidiano, es sencillamente cautivador. Y "Alamar" es más que una serie de paisajes, o una historia congelada entre un padre o un hijo, o un documental sobre la vida en las provincias en las que no siempre pensamos. Es una película fuertemente bella y conmovedora, es la recreación de mundos ocultos y en continuo movimiento.

Lo cierto es que fue una sorpresa de lo más agradable, con unos momentos increíbles y que tienen todavía el toque agregado de lo espontáneo. Además que como historia de amor (el amor de un padre por un hijo, el amor de un hombre por la naturaleza que le rodea) sin palabras es brutal.
Y seguro que también tiene mucho que ver la rememoración de mi propia infancia en todo esto, pero les aseguro que no es exclusivo. Del cine mexicano que da muchísimo gusto ver, aunque se tarde dos años en comenzar a distribuirse de manera extensiva y lo haga sólo por ciertos circuitos específicos. Esperemos ver más proyectos a futuro por parte del director, yo mientras me pondré a la búsqueda de su documental anterior.




¿Película favorita sobre la relación entre un padre y su hijo?

1 comentario:

  1. Película de una relación padre e hijo que me encantó fue Big Fish y la que vi el otro día donde repite el mismo prota Beginners (Principiantes.

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