25.8.11


25/08/11
Mientras yo ando por la vida sin enterarme, en la ciudad se estaba celebrando el Festival Macabro. Y justo a tiempo se me ocurrió checar la cartelera para enterarme de que iban a pasar probablemente la primera película mexicana de zombies desde la época del Santo. Sea lo que sea que eso significara, era imperdible.



"Esto no es hambre, es rabia. Están llenos de rabia"
La verdad es que iba a verla de manera abiertamente escéptica, todo parecía apuntar que era una película de bajísimo presupuesto y la producción nacional, aún la más independiente, siempre ha sido algo muy irregular.
En unas pocas tomas la premisa: un joven es arrojado desde un vehículo en un estacionamiento, lo que a primera vista podría parecer parte de un secuestro. Eso si no fuese porque tiene ropa como de hospital y se levanta como poseso y lleno de sangre. Las víctimas propiciatorias (bajo la premisa de que un mexicano ya está medianamente acostumbrado a ver gente cubierta de sangre por la calle, supongo) aparecen pronto y en dos secuencias más suponemos que han tomado la capital. Corte e inicia la verdadera historia.
Marcos, Renato, Claudia y su hija, Zoe, se refugian en unas cuevas por Morelos para alejarse de la epidemia. A veces salen para registrar las poblaciones cercanas ya abandonadas o para proveerse de agua en las cascadas y demás. No parecen ser especialmente unidos y una plaga zombie rondando por allá no ayuda demasiado, especialmente a Marcos que de por sí parece a un paso de volverse loco. Conforme los infectados comiencen a acercarse tendrán que ir tomando decisiones algo dramáticas en pos de su supervivencia.

Como toda película muy independiente hay dos cosas básicas que se le puede felicitar y reprochar de entrada: el arrojo de ir y apostar por un género nada abordado en el cine nacional, y en contraposición que el poco presupuesto a veces se pasee voluptuosamente por la presentación. Y aún después creo que hay puntos que son bastante debatibles alrededor de la película tanto de manera positiva como negativa.

La historia es bastante simple, de hecho es algo así como la trama zombie simple y condensada pero donde cambian las circunstancias dependiendo la zona geográfica, y hasta eso bastante minimizado porque tampoco es que se aborde mucho las particularidades del país en cuanto a la epidemia en sí. Esto sin duda no es que sea del todo malo porque la película se puede ver sin mayor problema, también sin sentir que es el refrito de una historia mil veces contada y dado que además es breve resultado lo necesariamente amena. Pero claro que resulta inevitable que uno piense que ya que se van a tomar la molestia de hacerla pues al menos hagan alguna mínima propuesta al respecto, algún detalle que intente salirse de las tantas películas de zombies actuales, y me refiero a variación en torno a la trama o su desarrollo o los personajes. Si acaso añadir que el protagónico, Marco, se centra mucho más en la inestabilidad mental subsecuente de un acontecimiento como es un holocausto zombie que a ceñirse a la típica imagen de 'volverse un héroe ante la adversidad', pero ello de manera leve y eso que podría haberse aprovechado mejor.
Por otra parte me parece que de lo que más trataron de colgarse fue definitivamente de la localización, el poner zombies corriendo por las zonas rurales y las selvas morelianas, el que todas las caracterizaciones de los personajes siempre se fueran hacia esos detalles. Incluso por momentos no sabía distinguir si tan solo eran los elementos que probablemente se encontrarían en dicha situación o si también se buscó reforzar esta imagen 'muy mexicana' a través de los más pequeños detalles.

Los actores sé que no son profesionales pero también me pareció que se quedaban bastante simples para las circunstancias, y especialmente la pequeña Zoe que resulta muy poco creíble para una niña de 5 años en su situación. Y entiendo que poner niñas en películas de zombies ya casi es el símbolo máximo de la corrupción de la humanidad, pero siempre he creído que trabajar con niños es un arma de doble filo y aquí les jugó un poco en contra. Por no mencionar que el final tampoco resultó especialmente bien colocado.

Sin duda resulta principalmente una curiosidad y un paso en la dirección correcta pero que no llega demasiado lejos. Con lo bien que se verían unos zombies corriendo por las calles del Df, esperemos que otros cineastas comiencen a tomar nota, que de poco en poco algo saldrá.




¿Alguna otra película de zombies latinoamericanos que conozcan?

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