13.11.12


13/11/12
Y ¡démosle la bienvenida a nuestra primera película desde Kazajistán! (aplausos pregrabados) "Farewell, Gulsary!". Técnicamente en la lista tenemos una co-producción donde ha participado Kazajistán, "Mongol", pero vamos a hacer de cuenta que no es así.



"¡Yo derramé mi sangre por el comunismo!"

Ahora, sin importar lo que pueda sugerirles la imagen inicial (elegida porque era la de mejor calidad), la película trata sobre la relación entre un hombre y un caballo. El Gulsary del título es un caballo, sí. Este caballo:


Quizá sabrán que las películas sobre animales no son precisamente mis favoritas. De caballos hay algunas cuantas y no han tenido mayor éxito conmigo. En retrospectiva supongo que podría haber elegido otra película de Kazajistán para inaugurarlo pero las cosas fueron así. La pregunta era ahora lo que Gulsary tenía por ofrecernos.

Tanabay es un héroe de guerra que tras la Segunda Guerra Mundial se compromete con el partido comunista para reformar el país que tanto ama. Sus labores iniciales, al cuidado de una granja, incluyen el cuidado de un excelente caballo, Gulsary, a quien cuida con un cariño especial. Lo cual se ve constantemente recompensado porque Gulsary gana todas las carreras, impresiona a todos los militares, y en general es todo lo perfecto que un caballo puede ser. La relación de Tanabay y Gulsary es especial, él es un caballo salvaje que sólo permite ser controlado por él. Y Tanabay lo adora.
Las cosas van complicándose conforme las constantes reformas del partido comunista llevan a la comunidad hacia momentos difíciles. Por una parte las propias condiciones del país y de la época, y por otra los intereses ocultos que se manejan entre todos esos personajes, que de un momento para otro han olvidado sus deberes durante la guerra para juzgar a conveniencia los hechos. 

Con todo y la dudosa premisa de un hombre que ama a su caballo, "Farewell, Gulsary!" fue una sorpresa más que grata al retratar los complejos procesos del inicio del comunismo en países que formaron parte de la Unión Soviética. Esta misma idea de la que hablábamos en la reseña de ayer, que después de la revolución el verdadero reto es la instauración de una forma de gobierno.
Lo más cautivante de la película es el hecho de Tanabay es un hombre que verdaderamente está convencido por el proyecto comunista y está dispuesto a dar todo lo que esté en su mano para cumplir con su parte. Pero llega al punto en que tiene que preguntarse hasta qué punto tiene que comprometerse como ser humano sólo para servir a intereses que ya no está tan claro que sean propios y desinteresados de ese proyecto de nación. 

Sin entrar en demasiados detalles técnicos o históricos, las particularidades del país van permeando sutilmente la trama. Cosas en las que uno repara y luego tiene que ir interpretando, como la estructura social, la variedad racial, las costumbres. Todo esto visto a través de una trama que estrictamente es bastante cotidiana (con las particularidades de la post-guerra). Además de su relación con Gulsary, que es la que guía más poderosamente la trama, vemos también el modo en que Tanabay se relaciona con su familia, con el partido, y con otros personajes. Resulta curioso como finalmente ese retrato de un hombre termina por definirse especialmente en su relación con un animal. Ya he dicho que no caigo mucho en esos sentimentalismos de los 'compañeros animales', pero incluso a mí esas escenas finales resultaron de una poderosa belleza. 

De esas pequeñas sorpresas que por ser inesperadas y porque tienen elementos de los que no esperas demasiado, resultan todavía más gratas.




¿Alguna otra película de Kazajistán que hayan visto?

2 comentarios:

  1. Ui, quiero verla, como me llaman la atención estas cosas tan curiosas que pones, algunas que me cuesta horrores encontrar (de momento esta está siendo así).

    Sobre Kazajistán... Oye, ¿te sirve Borat?

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  2. Descubrepelis: Ésta la vi en uno de los ciclos de Casa Asia, así que asumo que no será particularmente fácil de conseguir D:

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