18.5.13


18/05/13
Siguiendo con los documentales, un género al que no termino de adentrarme demasiado aunque me encanta, ¿qué mejor figura para profundizar que Roman Polanski?



"The worst part was no one believed me"
Pese a ser un grandísimo director, creo que resulta inevitable que al pensar en Polanski lo primero que nos venga a la mente sean sus grandes escándalos: su esposa embarazada de ocho meses asesinada brutalmente por la Familia Manson, su escape de Estados Unidos en medio de un juicio por violar a una menor. Si tiene enormes clásicos en su filmografía también es cierto que los hechos de su vida personal son lo suficientemente dramáticos como para empeñar su perfil de director. Y de algún modo Polanski es ambos lados de esa moneda, una figura enigmática de la que sólo conocemos la superficie. 

El documental parte especialmente del controversial caso judicial que llevó a que Polanski se convirtiera en persona non-grata para el gobierno de los Estados Unidos. Pero para entender todos los sucesos es necesario remontarnos hasta sus orígenes, partir de otro hecho más que dramático (la Segunda Guerra Mundial) para comenzar a entender su historia, su personalidad, antes de intentar adentrarnos en la maraña de sucesos legales y políticos que compusieron un juicio que distaba de ser tan solo una acusación de violación.

El tema en sí mismo no necesita ninguna clase de ayuda retórica para resultar en extremo interesante. No sólo por el morbo de ver esta clase de situaciones poco agradables en las que se ven envueltas personas del medio cinematográfico, sino porque incluso para las escandalosas acusaciones el desarrollo del caso fue bastante irregular y turbulento en sí mismo. Para quienes resumen los sucesos como que el director fue acusado por una chica menor de edad y huyó del país para no cumplir su condena, resulta revelador ver la cantidad de intereses adversos que pueden resumirse en un proceso de este tipo. Hay momentos en que la verdad parece todavía más fantástica que las posibilidades de un juicio cinematográfico. Y componiendo esta narración de los hechos con entrevistas a varios de sus protagonistas y dando toda clase de giros para posicionarse en diferentes perspectivas, terminamos por tener una visión muy distinta a la que se suele manejar de manera general. 
Y si el tema ya está poniendo de su parte, también es cierto que la labor de Marina Zenovich desde la investigación, la presentación y la edición del documental, no podría ser más que adecuada. Consigue apartarse del peligroso tono de reportaje y convertirse en un verdadero ensayo visual sobre uno de los mejores directores actuales. Esa pasión al acercarse a la figura de Polanski le hace por completo justicia a su cine, aunque las estrategias narrativas tengan que irse por otras direcciones. Sin perder por completo su enigma, el director polaco se nos presenta al menos más cercano, más accesible. Tan accesible como puede ser la presentación de las piezas de un rompecabezas que podemos ver en conjunto pero no podemos terminar de armar. 

Seguro que mi amor por Polanski también influye un poco, pero creo que independientemente de la posición que uno asuma respecto a él (él, su obra, su status legal), el documental resulta más que interesante, revelador y bien orquestado. 
Tiene una continuación documental, sobre las novedades respecto al juicio, aunque no tiene tan buenas críticas y me imagino que siento una actualización no resultará tan cautivante en su conjunto, pero en algún momento le daré también una oportunidad. 




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