11.5.14

Un millón de años después le damos una pequeña renovación a este espacio, dándole incluso un poco más de luz. Y para celebrarlo nada mejor que hablar de un cineasta tan fantástico como Wes Anderson y su última y tan esperada producción: "Grand Budapest Hotel".
Y aunque no es precisamente parte de la 'celebración', me tomo la molestia de reproducir el texto sobre esta película que ya había escrito para 3GB porque me siguen pareciendo las mejores palabras para hablar de ella.



"You see, there are still faint glimmers of civilization left in this barbaric slaughterhouse that was once known as humanity"
¿Cómo mantenerte en tu mismo estilo y evolucionar? En “Gran Hotel Budapest” nos llega el mismo director de siempre, con sus particulares paletas de colores, música apropiada, y una historia que gira como una coreografía perfecta. Nos llega un autor maduro, capaz de reinventar sus mismas historias y componer nuevas, y nos lo presenta rápidamente con una introducción que es un tributo a Stefan Zweig y una declaración de principios. Una declaración de su propio amor al cine y a su infinita capacidad de contar historias. El autor que da inicio a la obra lo expone claramente: las historias nunca se acaban, siempre va a haber alguien que te abra su vida y escriba, a su modo, tu próximo libro.

El Gran Hotel Budapest es el espacio donde convergen los personajes y sus mundos. Donde inicia y dan vueltas todas las historias. Un joven escritor (un Jude Law sin duda elegido en gran medida por lo increíble que suena su voz en off) coincide con el enigmático dueño del hotel, un hombre extranjero que ahora reside en una pequeña habitación de servicio. ¿Cuál es el inicio de la historia? Una larga velada que incluye todas las vidas que han atravesado las puertas de ese Gran Hotel.

Con un amplio abanico de personajes que van desde los actores fetiches del director hasta algunas primeras apariciones, la película escala en las capacidades corales de Anderson quien ya antes ha demostrado que es capaz de trabajar con nombres destacados de la industria otorgándoles un lugar perfecto incluso cuando su participación no dure más que unos momentos. Pocos directores deben ser capaces de orquestar una pieza tan compleja, tan llena de detalles y dimensiones, de una manera tan armónica y profunda. No sólo cada personaje está perfectamente retratado y en el lugar perfecto, sino que incluso los movimientos, escenarios y acciones se presentan como un ritmo propio que se suma a los colores y a la acción de una historia que retrata y transforma a la Europa de entre guerras. Si ya antes con “Darjeeling Limited” había convertido a la India en un sitio de exóticas evasiones y encuentros con uno mismo, ahora es Europa el espacio propicio para persecuciones y tramas de cine negro reinterpretado bajo la particular visión de Anderson.

Temas usuales de su cine como la amistad y los viajes, encuentran un nuevo modo de desenvolverse con otras estructuras. Asesinatos, intrigas, persecuciones, engaños, crímenes que no siempre tienen su castigo, son algunas de las situaciones que harán que ese luminoso Gran Hotel Budapest se convierta en las ‘bellas ruinas’ en las que iniciamos la historia. O como podría pensarse: cada historia tiene otra oculta detrás. Y este retrato de personajes mucho más oscuros contrasta a la perfección con el momento histórico y con la naturaleza moral de los protagonistas. Lo dicho: una orquesta perfecta.

Difícil no detenerse en todos los personajes y los rasgos más excéntricos y característicos de sus diseños. ¿Por qué el lunar de Agatha tiene la forma de México? ¿Es el papel de Willen Dafoe un guiño a su personaje en “La sombra del vampiro”? Los cameos de siempre y los nuevos involucrados están en su máximo esplendor en una película donde hasta el mínimo detalle se luce. Gustave, un hombre especialmente sensible que sin embargo no se toca el corazón cuando es necesario, el joven Zero que se ve atrapado en un remolino de sucesos cuando él sólo quería ser botones del Gran Hotel Budapest (¿quién no querría?), Dimitri, el hijo oscuro, débil orquestador de las tramas. Agatha la pastelera. Kovacs el abogado. Madame D., la mujer que presintió su propia tragedia. Y la Guerra, y la nieve, también protagonistas de esa trama de exilios y escapes. Moustafa y un joven escritor sentados a la mesa recordando el pasado.

Porque, nos dice Anderson y/o Tom Wilkinson, las historias siempre están ahí. Y uno como escritor debe tener los ojos bien abiertos y los oídos bien dispuestos para cuando alguien aparezca y nos ofrezca una. “Gran Hotel Budapest” es la que nos ofrece un director excepcional en uno de sus momentos más altos. Un manifestación fantástica del amor por los relatos, los recuerdos y la Historia.

Aunque los hipsters quieran hacernos creer que lo descubrieron antes-que-nadie. Todavía ni Hollywood puede quitarnos (o malcriarnos) a este enorme Wes Anderson.




¿Personaje favorito de este "Gran Hotel Budapest"?

6 comentarios:

  1. Argh. Tan buena crítica que había hecho y se borro esta cosa. Malaya, como diría el Señor Burns.
    En fin, me pareció excelente la película, pero siento que a la par esta sobrevalorada. Tal vez porque no soy un fan acérrimo de Anderson y porque vi "El fantástico Señor Zorro". Si comparamos esta con la mencionada, son casi identicas: una historia divertida, personajes icónicos y divertidos, situaciones chuscas y grotescas irreverentes. Sí, todo para ser una obra de arte y lo es.
    Pero repito, como no soy un gustoso de la obra del director, la tendencia a repetir los mismos cliches y situaciones, me parece pesado y hasta tedioso. Por eso considero estupenda esta película, pero la falta de originalidad y la repetición de muchas manías del director, como los acercamientos de cámara, las tomas y el diseño de los personajes, le resta un puntillo para ser una verdadera genialidad.
    No niego que disfrute como enano ver a charas como Zero o los guiños descarados a cosas extrañas como el lunar de Agatha ni se diga la resolución de algunos conflictos, peeero, ¡Eso ya lo vi antes!

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    1. ¡Y lo volverás a ver cuando te deje de tarea ver otras películas de Anderson! :P

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  2. No soy excesivamente fan del cine de Anderson. Esta cinta se me hizo bastante llevadera y amena y sin entusiasmarme, reconozco que la disfruté (creo que mis expectativas eran bastante bajas y el hecho de encontrarme algo que captara mi atención, hizo que me llevase un buen sabor de boca al salir de la sala)
    Mis personajes favoritos fueron el propio Raph Fiennes y el mítico Bill Murray.

    Saludos.

    Pd. Me gusta mucho tu "cambio de look bloggil" :D

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    1. ¡Gracias! :D Fue una decisión difícil, le había agarrado cariño al fondo negro, pero ya era hora de un cambio.

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  3. Me encanta tu lapidaria frase final, jajajaa.

    Como tu soy adepto total de Anderson, y si algo no me gusta (Como ese intento de 'Viaje a Darjeeling') me enfado conmigo mismo y el mundo entero. Por suerte no me pasó con la película del hotel, que salí contento de la sala y canturreando la maravillosa (como siempre) banda sonora de Desplat.

    No me hagas elegir mi personaje favorito, ¡no puedes!

    PD: Por un momento al entrar pensé que me había equivocado de blog, suerte que tus comentarios son inconfundibles, si no me hubiese despistado con el lavado de cara ;)

    Un abrazo.

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    1. Yo sé que todo luce muy luminoso por acá con este extreme makeover pero espero siga teniendo un toque cineticamente-esque.
      Jo, seguro ya lo he dicho mil veces antes pero no puedo creer que no te haya gustado "Darjeeling limited".

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